Espasmos del sollozo
¿En qué consisten los espasmos del sollozo? Son episodios que ocurren tras un susto, una caída, un golpe o una rabieta. El niño deja de respirar durante el llanto bruscamente y comienza a ponerse morado o pálido para, finalmente, volver a llorar. La recuperación es completa y rápida, en menos de un minuto, aunque puede estar algo somnoliento.
¿Qué hay que hacer en casa? Los espasmos del sollozo son episodios que suelen ceder espontáneamente en pocos segundos, sin necesidad de realizar ninguna actuación, así que lo principal es mantener la calma. Hay que evitar agitar o golpear al niño ya que esto no hará que el espasmo termine más rápidamente. Tampoco es necesario realizar respiración boca a boca, ni otra maniobra de reanimación. Es importante no mostrar excesiva preocupación para que el niño no obtenga ventajas y no se provoque más episodios. No hay que angustiarse porque el niño llore o tenga rabietas. Hay que seguir reprendiéndole y corrigiéndole cuando sea necesario.
¿Cuándo se debe consultar en un servicio de urgencias? - Si se trata de un niño menor de 6 meses. - Si tarda en recuperarse más de 5 minutos. - Si el niño no está completamente normal después del episodio. - Cuando el espasmo no haya sido desencadenado por un traumatismo, un susto, una frustración o una regañina.
Cuestiones importantes
Es un cuadro BENIGNO que no produce daños ni a corto ni a largo plazo. Tranquilidad ante todo.
Son muy frecuentes en la infancia. Afectan sobre todo a niños de 2-3 años aunque se pueden repetir hasta los 5 años.
Algunos niños pueden perder el conocimiento unos segundos durante el espasmo e, incluso, tener 2 ó 3 sacudidas de brazos o piernas sin que ello empeore el pronóstico.
Es habitual que alguno de los padres o algún hermano haya presentado episodios similares.