Con el nudo en la garganta
No es sólo la ansiedad, y hasta la pena que me produce. Es que también hablo muchas veces sobre él con mi familia y amigos. Me refiero al Nudo de Tres Caminos. Una importante infraestructura que todos los isleños conocemos -y la mayoría también padecemos- desde que tenemos uso de razón. Y que toma especial protagonismo, cada verano, para nosotros y nuestros visitantes ávidos de nuestra extraordinaria costa atlántica.
Creo, sin reservas, que los cañaíllas y nuestros vecinos de la Bahía somos de los españoles que más hemos sufrido -y sufrimos- el dislate de la política en este país y la incapacidad de sus representantes; ya sean encorbatados o desaliñados. Y pienso, también sin miedo a equivocarme, que uno de los ejemplos más tangibles y cercanos de ello lo tenemos en este famoso cruce de carreteras.Especial evocación merecen los “lumbreras” que desdoblaron la A-4, la CA-33 y la A-48, pero dejaron un solo carril en sentidos Puerto Real/Chiclana, San Fernando/Puerto Real y Chiclana/Puerto Real, respectivamente. A ellos les tenemos que “agradecer”, propios y extraños, las monumentales caravanas estivales; que son famosas desde hace lustros en los partes veraniegos de la DGT en Radio Nacional.
Pero quiero hacer mención específica a otro tema que también atañe a nuestro nudo y a la incompetencia política. Una aspiración municipal de la Isla y que considero de vital trascendencia para el castigado tejido económico-productivo local: la necesaria carretera de enlace La Carraca-Tres Caminos.
Creo recordar que fue allá por el año 2000 -estando yo en la Corporación Municipal- cuando se empezó a tratar formalmente el asunto. Me consta que, desde entonces, se hicieron bastantes gestiones para que se realizara dicha vía de acceso. No era tarea fácil; porque había que implicar a distintas administraciones y entidades: ayuntamientos de San Fernando y Puerto Real, ministerios de Fomento y de Defensa, Junta de Andalucía, Diputación Provincial, Demarcación de Costas, Junta Rectora del Parque Natural, Navantia (por entonces IZAR) y hasta la Comunidad de Propietarios del Polígono Industrial de Tres Caminos. Y en ese conglomerado nos topamos con una fuente de problemas, tropiezos e incluso zancadillas. Porque coexistían desde intereses contrapuestos hasta rivalidad política, pasando por la falta de presupuestos o la simple indiferencia de algunos.
Haciendo memoria, pienso que quien más empeño puso en ello fue Manuel de Bernardo; que en su etapa como alcalde lo consideró, muy acertadamente, como una prioridad. Pero, claro, no era sólo cuestión de buena voluntad y de defender con ahínco el proyecto. Sino de involucrar en él, tal como dije antes, a un conjunto muy variopinto de gestores. Había que llamar a muchas puertas. La mayoría en Sevilla y Madrid. Y, claro, ahí se evidenció -una vez más- que el ya desaparecido PA era un partido irrelevante e ignorado fuera de sus escasísimosfeudos municipales. Sin peso específico alguno en las altas esferas políticas y en los verdaderos círculos de poder. Y una vez más, como en tantos otros propósitos y reivindicaciones, nuestra querida Isla de León pagó bien caro el precio de estar gobernada por un andalucismo que sólo se sustentaba en un populismo inoperante e inútil a sus intereses como ciudad.
El caso es que, entre los que quisieron y no pudieron, y los que nunca han querido de verdad a pesar de haberlo incluso presentado como promesa electoral en algunas elecciones municipales (PSOE y PP), la cosa está como está: sin hacer. Y sin visos de que se comience algún día, siquiera, a pesar de que ese escaso kilómetro conlleva grandes ventajas tanto para Navantia (se estimó en más de un 10% la reducción de costes, por el ahorro en el transporte de materias primas que llegaban por mar), como también para la principal “empresa” de la Isla: el TEAR, facilitándole enormemente la entrada y salida de sus vehículos pesados y de combate. Indiscutiblemente, también conllevaría beneficios para el resto de unidades e instalaciones militares,además de evitar los habituales atascos en las horas punta de salida del personal destinado en la Población Militar de San Carlos. Podría contribuir, también, al posible desarrollo del Polígono Industrial “Puente de Hierro”, y adicionalmente se convertiría en nuevo acceso a nuestra ciudad. Algo que siempre suma. Incluso hay que lo apuntó como posible embrión de otra ronda urbana para la Isla desde su zona norte hacia la bahía.
Se insistió mucho, en su día, en que el principal problema que tiene este proyecto es su impacto medioambiental en el Parque Natural. Siempre he sido de la opinión de que este tipo de escollos tienen una especial fijación por San Fernando. No sé si será casualidad; pero pienso que los responsables de la Consejería de Medio Ambiente, de Costas y hasta los mismos grupos ecologistas nos miran perennemente con lupa. Casi como si no tuvieran otra cosa que hacer.Y yo diría que son los mismos que han permitido verdaderas barbaridades (por no decir clarísimas irregularidades) en localidades cercanas. No sé si a ellas les será de aplicación otra legislación … Lo mismo, sí.
Siempre recordaré con indignación como en una Sesión Ordinaria del Excelentísimo Ayuntamiento Pleno, una de las primeras en las que participé a mediados de los años 90; nos llevamos casi dos horas discutiendo por una modificación puntual del PGOU en nuestro querido Barrio de La Casería. Y toda la polémica giraba en torno a una araucaria centenaria que estaba en una de las fincas afectadas. Es decir, que los ediles de San Fernando, discutíamos acaloradamente por un “arbolito”, mientras en Chiclana se estaban cargando miles de pinos, lentiscos y otras especies para ensanchar carreteras y hacer otras nuevas para construir macro-urbanizaciones turísticas, campos de golf y enormes hoteles de playa. Lo mismo es que aprovecharon que estaban los responsables de Medio Ambiente y de Costas de vacaciones. A saber …
En cualquier caso -y sea por las razones que fueren- lo que a mí me importa y me cabrea, es que-al igual que otras muchas cosas que le pueden faltar por la ineptitud de la partidocracia-la Isla no tiene esa carretera de menos de un kilómetro. Son los 800 metros más largos que conozco. A más de uno se le debería caer la cara de vergüenza. Si es que la tienen.
Amén hermano!!!! Buena reflexión...