Mirar al futuro
Nunca está de más mirar hacia el futuro, el progreso si lo quieren llamar, de nuestra amada ciudad. Esa de las que pocos pueden vivir, y muchos deben hacer las maletas porque de nuestro "arte" no podemos comer.
La legislatura de nuestra alcaldesa, y de la mayoría de los programas de los alcaldables, prometían una gran cantidad de mejoras para nuestra ciudad. Algunas se están cumpliendo, otras se perdieron en tinta invisible, para nuestro deleite.
Las obras del ayuntamiento se están realizando, ha paso de tortuga, la ampliación de los carriles de nuestra playa virgen, la estación de autobuses en la entrada principal de la ciudad, las reformas en el pabellón del parque Almirante Laulhé y poco más que decir... Que en comparación con otros, no está nada mal.
No obstante, tendemos a mirar al futuro con optimismo, demasiado tal vez. Pensamos que el futuro siempre tiene que ser mejor, que nuestros problemas se resolverán en esos tiempos que están por llegar. Quizás nuestros actos del mañana darán con la tecla que hará brillar nuestro hogar...
¿Y el pasado? Nadie se acuerda de él. Una lástima, pues el pasado de nuestra ciudad es rico, interesante y está sin explotar. Un ayer que puede dar tanto de sí, que tal vez sea una posible llave que de algo de comer. Sin embargo, a los que nos gobierna parece importarle bien poco.
Aún me duelen los ojos cuando veo el asesinato realizado a nuestro castillo San Romualdo, o como transformaron la casa de Camarón en una especie de nave espacial. El abandono de los fortines naturales de la resistencia a los franceses, o el desalojo de nuestro museo para transformarlo en un despacho innecesario...
Yo creo que nuestro viejo consistorio está sudando por ver su nueva cara... Porque telita con nuestra moderna Iglesia Mayor... O el abandono del cementerio de los ingleses en la casería... Que sinceramente, viendo que contratan a Pepe Gotera y Otilio para las reconstrucciones, mejor que dejen el yacimiento en paz.
Y el centro de toda crítica de hoy va para el yacimiento que se esconde bajo el campo de césped de Hockey, Pablo Negre. Tenemos bajo nuestros pies un yacimiento que podría dar tantas explicaciones sobre nuestros orígenes, un atractivo turístico espectacular, una posibilidad de hallar tanto en nuestras propias tierras que podríamos hacer infinidad de actividades de interés cultural... Pero ahí se quedaron...
Primero les escupimos a la cara realizando tantas construcciones de unifamiliares, las mayoría abandonadas y malvendidas. Luego lo rematamos poniéndole encima un estadio deportivo... Que ni estoy en contra del deporte, ni de la vivienda, pero... ¿No había otro lugar en todo San Fernando para esto?
El caso es pensar que el futuro es mejor, y modernizar nuestro mercado de abasto, hacer lujosos hoteles, un moderno tranvía y poner más bares por doquier... Ayudará a hacer de nuestra rica ciudad histórica, un paraíso del turismo de consumo.
La verdad que es muy triste todo lo que hacen con nuestro patrimonio. ¿No hay alguien que se de cuenta del olvido de todo ello? Cuando hablo de mi ciudad me quedo corta, son tantos los lugares lleno de historia y que no sabemOs valorar. ¿Qué debemos hacer para que recapaciten y hagan algo al respecto? Nos movilizamOs por tonterías pero no por lo que merece la pena.