(XXI) La Isla y las Hermandades del Viernes Santo
La hermandad que pasa por cuarto y último lugar por la Carrera Oficial el Viernes Santo, se trata de la hermandad del Rosario en sus Misterios Dolorosos.
La existencia de esta singular hermandad se debe a un grupo de jóvenes cofrades, inquietos por cambiar algunas de las costumbres y tradiciones de la religiosidad popular por estas tierras nuestras de María Santísima y, acercarlas más como se entienden y se desarrollan en otros páramos distintos como pueden ser los castellanos, donde estos cultos se manifiestan atendiendo prioritariamente a la austeridad, prescindiendo del boato.
Todos unos dignos sentimientos diferentes en la forma a los nuestros, pero al fin y al cabo, los mismos en los objetivos y en los contenidos -el culto tanto interno como externo- y la devoción sobre una figura determinada de las que intervinieron en la Pasión de Cristo Nuestro Señor y en este caso concreto, fijada en la imagen de su Santa Madre, en los Misterios Dolorosos del Santo Rosario.
En suma, un propósito nada desdeñable que por otra parte, se basaba y así lo pusieron en su práctica, hasta conseguir fundar una hermandad al margen y alejada de las cuestiones, que pudieran ser consideradas como lujosas por la presencia de brillos, joyas y otras distinciones, así como también evitar cualquier atisbo de protagonismo entre sus hermanos y sobre todo en los miembros de su Junta de Gobierno.
Así qué bajo esos conceptos se fundó esta hermandad en el año 1982. Y para darle vida y realidad a la imagen que la presidiera como Titular, se decidió que tuviese por advocación la de Nuestra Señora del Rosario y para darle hechura también se decidió que fuera nuestro paisano y escultor, Alfonso Berraquero García, quien la tallara, a la que dotó de una altura de un metro y setenta centímetros, representando a una Dolorosa con los brazos extendidos y alzando los ojos al cielo en actitud de honda tristeza y de tremenda soledad, pero al mismo tiempo de humilde aceptación tras el divino cuerpo de su hijo sin vida, muerto e inerte.
Dicho y hecho, pues la talla de la Virgen ya acabada fue entregada por el citado escultor a la hermandad y ésta a su vez para exponerla a la veneración públicamente y al culto, organizó una solemne ceremonia presidida por el entonces Obispo Diocesano, Monseñor Dorado Soto, de feliz recuerdo, durante la cual fue presentada y bendecida por el propio Obispo, en su sede canónica de la Iglesia de San José Artesano el día 19 de marzo de 1983, coincidiendo con la festividad de la Esclavitud del Patriarca Señor San José, patrón de la ciudad.
Y volviendo al concepto esgrimido desde su fundación, el pueblo y el resto de los cofrades fue asumiendo poco a poco su estilo aceptándolo de buena gana cohabitando con el resto de nuestras hermandades y cofradías, logrando además calar en los corazones de sus fieles y seguidores al punto de que hoy cuenta con muchos devotos dedicándoles amor y veneración a tan singular advocación de la Madre de Dios.
Por tanto hay que admitir qué, aunque no lleve música ni procesione en un Paso según la tradición, sino en una simple parihuela de madera barnizada y sin patas con cuatro hachones de luces y la lleven dieciséis de sus hermanos revestidos con la túnica de la hermandad y en sus descansos -en términos cofrades en los fondos- la parihuela en cuestión se apoye sobre unas horquillas dispuestas al efecto, Sí cumple sin embargo con todos los requisitos de una precesión en cuanto a su séquito, así como constituye una verdadera catequesis en la calle por su impronta y por su silencio sólo interrumpido por el rezo del Santo Rosario en sus misterios dolorosos, representando así una nueva y fecunda imagen ante la tradicional religiosidad popular a la que estamos acostumbrados.
Las túnicas son negras de cola recogida en la cintura mediante un cíngulo de color rojo y utilizan un antifaz de los llamados de ‘gato’ es decir sin cartón y llevan guantes negros, pero sin embargo curiosamente no llevan calcetines, sino que los pies si van calzados lo hacen a través de unas alpargatas negras, ya que muchos de sus hermanos suelen ir descalzos, y sólo los hermanos a los que previamente se les han impuestos el escapulario de la hermandad lo lucen puestos sobre la túnica.
El cortejo lo abre un hermano con la cruz al hombro en lugar de la habitual Cruz de Guía, no tiene presidencia alguna dentro del mismo ni en ningún otro sitio, ni siquiera delante de la parihuela a la usanza de las otras hermandades, que sí llevan a su hermano mayor y miembros de su Junta de Gobierno delante de su Paso. Y las secciones de hermanos que pudieran contener la totalidad de dicho cortejo acompañando con toda devoción y en absoluta penitencia a la Santísima Virgen del Rosario, carecen de jefes de líneas.
Las insignias son rigurosamente sorteadas entre todos los hermanos que conforman la procesión, incluido el hermano mayor y los miembros de la Junta de Gobierno. Y cabe citar sin duda alguna, que el pasaje más virtuoso y ejemplar, que realiza esta venerable y mística hermandad dentro de su itinerario en un rotundo e impresionante silencio es el que tiene lugar delante de la puerta del Cementerio, donde se reza un solemne responso por el descanso eterno de todas las almas de los hermanos fallecidos, así como otro momento distinto al anterior, pero muy emotivo también, que se produce cuando atraviesa el Parque camino de su Casa… Continuará…