(I). La Isla y su Semana Santa
No voy a ser yo el que les diga a ustedes la importancia que pasos y cofradías tienen para el cañaílla; San Fernando, como todos ustedes saben, es una ciudad que vive profundamente su Semana Santa… Incluso yo me atrevería a decir que mucho más que el Carnaval.
Esto tiene, por supuesto, su reflejo en las calles isleñas, pobladas denumerosas placas que nos dan testimonio de ello.
Situada en el antiguo Callejón de las ánimas (calle José González de la Vega), recuerda el 275 aniversario de la Archicofradía de Ánimas (hoy integrada en Medinaceli…), y dice así:
“Antiguo Callejón de Animas. En recuerdo del 275 aniversario de la Archicofradía Sacramental de Ánimas. 1733-2008”.
En la misma calle, nos encontramos esta hermosa imagen de la Virgen de los Dolores, de Servitas, con este poético texto acompañándola:
“"Mª. Stma. de los Dolores de Servitas, la serena belleza del dolor, es acariciada por las paredes de este callejón cada Miércoles Santo.
A Rafael Miguel García Sánchez, por cuarenta años al servicio de la Orden."
Todos los isleños, creo que sin excepción, están al tanto de la leyenda de la figura del Nazareno, al que se le tiene verdadera devoción en estas tierras, y su aparición en el hoy desaparecido Mesón del Duque, en la calle Real… Pues aquí está la plaza que da testimonio de dicha leyenda:
“"En este lugar siendo Mesón del Duque en los primeros años de 1700 apareció la imagen de nuestro padre Jesús Nazareno, Titular de la Hermandad de dicha advocación que radica en la Parroquia de San Pedro y San Pablo de esta ciudad.
San Fernando, 1990 La Junta de Gobierno".
Y no podía faltar, claro, el homenaje al cargador, y su peculiar forma de mecer los pasos en La Isla. Se encuentra en la popular calle rosario, junto al Centro Obrero, en el que tantos cañadillas han estudiado. Es un texto largo, que aquí se lo reproduzco:
"Del palo al cielo"
-Cola, ¿estamos?,
-¡Cuando quieras! ¡Toca!
Salineros, mariscadores, marineros, cantaores,...
Me hicieron cargador de La Isla"...
Quiero amarrar mi armoá a mi palo y con mis alpargatas nuevas y mis cuerdas con sus nudos marineros apretar mis anhelos a tus anclas.
En un candray nos legaron una tradición, en la que empeñamos nuestra vida y nuestro sentir para seguir los pasos de nuestros abuelos, de nuestros padres... ¡De nuestros maestros!
Con ello en la plegaria que brota del corazón y de los labios, ¡quiero acercarme al misterio de la fe! la fe que me enseñaron, la que va de lo humano a lo divino.
DEJADME AMARRAR AL PALO Y ELEVAR MIS DEVOCIONES AL CIELO!
-¡Fondo por igual!
Antonio Salas Sánchez”
Esta placa forma parte de un monumento, inaugurado este mismo año, el 6 de marzo, con la siguiente figura de un niño “aguaor”:
