Publicado el: Mié, 12 Dic, 2012
Opinión

Buena elección

Buena elección. Así podríamos definir a la decisión tomada por la Junta de Gobierno del Resucitado para el Homenaje de este año al cargador distinguido.

De todos es conocido el nombre de Nicolás Carrillo(en la foto el de las manos cruzadas de la izquierda). No aporto nada nuevo si afirmo que capitaneó la cuadrilla de cargadores más numerosa y relevante en su época, sacando la mayoría de las cofradías de la Isla. La indiscutible importancia de su figura y la de sus cargadores ha sido exaltada en multitud de pregones, homenajes, artículos, concursos de saetas, e incluso su nombre rotula una de las calles de nuestra ciudad, rozando la Iglesia Mayor, aquella que vio como durante décadas sacaba la mayoría de los Pasos que en ella residen.

Por ello las restantes cuadrillas de cargadores quedaron ensombrecidas. La homenajeada este año será la que comandaba Pedro Sánchez Cantos y personalizada en uno de sus cargadores, José Guimerá. Viene a hacer justicia, siendo al mismo tiempo una ventana abierta para conocer la historia de esta cuadrilla. Así recuperaremos para la memoria el trabajo realizado por este capataz poco conocido de los cofrades, pues no tuvo el renombre de los Carrillos quizás debido a que nunca estuvo en el llamador de cofradías populares como Nazareno o Caridad.

No obstante realizó un trabajo anónimo, duro, callado, sin los aplausos reconfortantes del público. Pero llevó a cabo una carga profesional, orgullosa y de esencia puramente cañaílla. Sobre todo llevando los palios con gran maestría. Tan solo había que acercarse a la Pastora, para ver como lucían a la Virgen de Gracia y Esperanza del Huerto. Sus cargadores arrastraban los pies con delicadeza, lo llevaban a las bandas sin estridencias, transmitiendo a los varales una magia de carga ancestral que los hacían únicos.

Abrían las puertas del Domingo de Ramos con la alegría infantil de la Borriquita. El martes iban a la plaza de la Pastora a sacar los pasos del Huerto. El miércoles a la capilla de la Veracruz, tormento donde lo hubiera de esas pesadas andas, que con solo lograr recogerla ya tenían su mérito. Y traían el Perdón desde la lejana Casería. Otras veces iban a la madrugá chiclanera a sacar al Nazareno. Y al igual que abrían la semana, la cerraban con la Virgen del Mayor Dolor.

Y al frente de los hombres Perico Sánchez, el sordo, siempre acompañado de su inseparable amigo Rufino. Otras veces con Ramón el pelao. Y debajo, bregando en la madera, José Guimerá, Paco Vidal, el malollo, el perla, los rufinos,… cargadores de barrios antiguos con raíces populares.

Por ello me reitero en lo afirmado al principio, buena elección para homenajear a una cuadrilla que fue parte importante de la historia cargadora de la Isla.

Sobre el autor

- Alberto Salas Sánchez, es autor de los libros Cargadores de la Isla, (Historia, tradición y anécdotas) y Anecdotario comentado de Semana Santa. Ha ejercido como cargador durante 26 años perteneciendo a las Cuadrillas de Nicolás Carrillo, Mater Amabilis y Jóvenes Cargadores Cofrades (JCC). En la actualidad es capataz de la JCC.

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