Todos
Ayer escuché: "todo escritor necesita una musa y yo...he encontrado la mía"...
Hoy, después de tantos días sin inspiración, me he dado cuenta de que tengo tantas cosas en la cabeza que he olvidado sentir mi alma. Qué absurda la vida cuando nos dejamos arrastrar por la rutina que los días nos imponen, que la sociedad nos graba a fuego en nuestros pasos. Rutina que nos anula y nos frena ante la felicidad...
Todo escritor necesita una musa y yo...tengo la enorme la suerte de tener la mía; esa mirada que despierta mis mañanas, haciendo que cada beso sea más fuerte que el café más intenso, despertando mis sentidos para afrontar cada reto con gran energía, con el motor más potente; siendo capaz de mover un mundo entero, de levantar todo lo que cayó, de construir lo imposible y de hacer de cada segundo un momento apacible.
Todo escritor necesita una musa y yo...me topé con la mía; la que dejó atrás las lágrimas de tantos días sin aparente sentido, quien me enseñó que no hay barreras si las saltamos con las alas del amor; la que convierte en bellas palabras todas las cursiladas que mi alma me susurra, haciéndome mejor de lo que soy, escribiendo con mis manos lo que sólo su corazón me hace sentir.
Todo escritor escribe, tal vez para liberar emociones, para contar algo que pueda aportar paz a otros seres, para informar, imaginar o sencillamente divagar... No importan los motivos cuando lo que haces te lleva a llenar tu interior de infinitas sonrisas. Esta vida no es un juego con cientos de comodines por utilizar, sino una partida única en la que debemos darlo todo, sin fases que poder comenzar de nuevo y con muchas más por superar.
Todos necesitamos un motivo para ser felices, pero éste no es más que aquello que te hace sonreír, que te llena de razones para seguir, para bailar, incluso para gritar. Todos, absolutamente todos, tenemos una misión por la que estamos aquí, en este mágico viaje que la vida nos ha regalado. Busca tu inspiración, esa tarea que hace que no te cueste tener que subir cada día un nuevo escalón.
Yo tengo mi musa porque es lo que necesito para hacer realidad la pasión de mi corazón, para convertir mis experiencias en consejos que puedan alejaros de ese enorme nubarrón. Pero mi musa no es sólo la persona a la que entrego mi amor cada mañana, sino la propia vida permitiéndome sentir el mejor milagro que existe, el de estar vivos, poder espirar y crear a cada paso cientos de senderos por los que disfrutar.
Todo escritor podría conformarse con tener una musa, pero mis sentimientos quieren llegar más allá; y para que tampoco tú te conformes con momentos de felicidad, quiero pedirte que seas valiente para dar la contraria a todo el que piensa que no existe la eterna sonrisa y te subas al carro de todos los que sabemos que no hay mejor motivo por el que merezca la pena Despertar. Encuentra tu musa, da sentido a tus días y deja a tu alma soñar...