Pepa Peña frente a su gran devoción.

Circunstancias personales han impedido a la isleña disfrutar del recorrido hasta la Blanca Paloma los últimos tres años.

Ahora, sin embargo, ha tenido la oportunidad de retomar una tradición iniciada a principios de los ochenta ante la alegría de sus alumnas, que durante una actuación en la Peña Chato de la Isla, la sorprendieron sobre el escenario con unas sentidas palabras y regalos que la harán disfrutar aun más si cabe de esta vuelta a Almonte.

Pañolón, pendientes, camisa de volantes y un bolso rociero que no se esperaba debido a la complicidad entre los grupos Las Taitanto, Fragua y Al Compás, que durante todo este tiempo han compartido la tristeza que suponía para Pepa afrontar un nuevo Pentecostés sin cantar el 'Ángelus' a la Virgen del Rocío. "Yo les enseño lo que sé, pero también las escucho y las animo, por lo que el cariño es recíproco", explica la artista isleña a este medio tras interesarse por el detalle.

No obstante, cuando llegaba el momento se colocaba su medalla, la misma que se ha llevado luciendo desde sus primeras caminatas rocieras con caseta de campaña a cuestas, casa compartida con otras parejas -amigos de toda la vida con los que sigue viviendo esta experiencia- y alternancia de fatigas con compañeros de Cádiz y San Fernando, a cuyas hermandades pertenece.

"Ahora sí, ya puedo volver a entonarle la Salve Rociera".