Un vestido para un tesoro
El diseñador isleño Alberto Montado es responsable del desarrollo visual y comercial de 'Vinae Expressio VEO', el vino de las bodegas 'Señorío de Yagüe'.
El diseño no siempre guarda relación con la moda, con la pintura o la realización de carteles. Es un mundo mucho más complejo y en el que, para triunfar, debe invertirse tiempo y esfuerzo. Es "generar canales de venta para las empresas", explica Alberto Montado, quien de esto sabe bastante porque no ha dejado de trabajar desde su partida hace 17 años para titularse por la Universitat Ramon Llull de Barcelona.
Tras pasar por Madrid y Portugal ha vuelto a su ciudad, San Fernando, aunque con una experiencia acumulada que se traduce en proyectos. Multitud de frentes abiertos sobre promoción, distribución, presentación de producto... todos y cada uno de los eslabones que conforman una cadena publicitaria 'efectiva' para clientes que le han otorgado su confianza. Algunos son grandes empresas, otros, en cambio, negocios familiares para los que desarrolla aspectos más personales. Es el caso de las bodegas Señorío de Yagüe, en Ciudad Real, con cuya comercialización y gestión de venta se ha hecho durante los últimos tres años.
"Tengo un gran producto y necesito que se conozca" le explicaron entonces. Se trata del 'Vinae Expressio', un vino que aspira a ser "la expresión de la viña" a través del cuidado de la uva, de la atención al suelo y al clima. Todo ello se merecía un sofisticado diseño que bebe directamente del cercano yacimiento arqueológico de El Cerro d Las Cabezas, el mismo en el que se encontraron pepitas de uva datadas entre los siglos VII y VI a. C., por lo que "desde el primer momento sentí la historia de la bodega, supe lo que quería transmitir", explica. Y eso fue lo que plasmó en la botella. Su etiqueta, el tapón... todo lo relativo al packaging del producto -su lenguaje visual- pero también al registro de la marca, sus correspondientes estudios de mercado o los canales apropiados para que además de atractivo sea un producto vendible. Tenía que funcionar... y lo ha hecho.
De las 1500 botellas numeradas entre las que se reparte la última añada solo queda la mitad, el resto ha viajado a establecimientos de Madrid, Barcelona, Pamplona, Sevilla... y hasta el restaurante 'El Cortij0' de Marbella (Málaga). Ahora, con su oficina en San Fernando, ha comenzado a distribuir este vino -con un empaque a la altura- en Aponiente, de Ángel León (El Puerto de Santa María) o en la propia Venta de Vargas. Este fin de semana llegó a servirse en el Auditorio Nacional antes y después de los conciertos del Ciclo Bach Vermut, y ha sido reconocido a lo largo de este año con los premios 'Vino y Mujer' y 'CINVE' (Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos).
Claro que el mismo hilo conductor empleado por Montado para desarrollar el diseño, es seguido por la bodega para producir el vino. Un vino que solo aprovecha el 'mosto flor' -aquel de primera calidad que afluye por sí mismo al estrujar la uva-, lo que hace innecesario añadir otros ingredientes para mejorar el sabor. Siempre la misma variedad, sin aditivos, levaduras ni bacterias, solo sulfitos por razones de conservación -de lo contrario solo podría tomarse en la bodega- y un filtrado para que no tenga posos, para que quede más fino.
Un talento que por ahora permanecerá aquí, indefinido, ya que "aunque somos un equipo repartido entre Málaga, Euskadi y Barcelona, merece la pena pasar tanto tiempo frente al ordenador a cambio del mar y la luz de San Fernando, que me sirven de inspiración".