La aportación del ROA al desarrollo isleño
El académico Fernando Belizón dio un riguroso repaso a los acontecimientos más relevantes en la historia de la institución.
La importancia que el Real Observatorio ha tenido y tiene para la historia de ciudad, su referencia a nivel mundial, más dos siglos de historia ininterrumpida... Aunque este organismo da para infinitos titulares brilló ayer, más que nunca, gracias al rigor con el que su ex-director, el teniente de navío Fernando Belizón, abordó el tema en la última conferencia de la Real Academia de San Romualdo: su 'aportación científica al desarrollo de la ciudad de San Fernando'.
Y es que el ROA da para mucho. Tras la presentación del poeta Rafael Duarte -quien homenajeó a Miguel de Cervantes- y una breve introducción histórica del centro, Belizónresaltó con ejemplos lo muy querida que es la institución en el municipio. Algo perceptible, por ejemplo, en la cantidad de personajes ilustres que prestan su nombre al nomenclátor callejero, entre ellos Cecilio Pujazón, capitán de navío, astrónomo, matemático y comendador de la Real Orden Española de Carlos III que ostenta, entre otros méritos, la configuración de la llamada 'Carta del Cielo' en 1887. Aunque también se habló de su condición como el sitio más visitado de La Isla desde el punto de vista turístico, recibiendo miles de curiosos al cabo del año y un gran porcentaje de público especializado.
Se centró, por supuesto, el trabajo llevado a cabo en las distintas secciones que lo componen -Efemérides, Astronomía, Geofísica y Hora- y su repercusión internacional, destacando la publicación ininterrumpida del Almanaque Náutico desde sus comienzos. También, la última de las citadas. Y es que aunque la unidad de reloj atómico que marca la Hora Oficial de España es puntera desde la perspectiva científica, el edificio que la alberga es del siglo XIX y no reúne las condiciones necesarias de humedad o vibración. Un problema prácticamente resuelto con el nuevo módulo que se está construyendo sobre el cerro de Torre Alta y cuya materialización ha sido posible gracias a los alcaldes Manuel María de Bernardo y José Loaiza, a la senadora María Jesús Castro y especialmente a la lucha de los distintos directores y personal del ROA.
No pasó por alto las nueve expediciones a la Antártida, las cinco primeras anuales, las otros cuatro a bordo del Hespérides y gracias, en parte, a la incorporación de España al Tratado Atlántico en 1982, primero como miembro adherente sin voto y, más tarde, 1998, de pleno derecho. Los avances se hicieron desde la base 'Juan Carlos I' en Livington y el primer buque que participó fue el 'Río Baker', realizando trabajos de control geodésico y volcánico, empleando GPS vía satélite. Con el buque 'Las Palmas', la dirección científica correría a cargo del ROA.
"Durante más de 100 años fue el único observatorio astronómico español, punto del que han partido los avances de estas disciplinas en el resto de España. Si bien el árbol se ha ido ramificando hacia nuevas instituciones, casi todas ellas, al mirar hacia atrás, encuentran su origen aquí, en el Observatorio de San Fernando".