Sal a pasear
Sal a pasear los sentimientos para que puedan respirar el aire de los sueños que los hacen vibrar; el viento siempre sabe a qué velocidad rozarnos, con la fuerza precisa que despierta lo más bello de nuestras almas, con la delicadeza perfecta para llevarse, sin molestar, todo aquello que dentro nada más provocará. Desechar todo lo que no te permita sonreír mientras recoges lo que te hace feliz...
Levanta los ojos para que tu mirada vuele sin pedir permiso; posándose en cada persona que se cruza, observando sus gestos, su voz y sus anhelos, dejándote llevar por los hilos que el Universo mueve para mostrarnos la verdad. Verdad que nos abre el camino de la felicidad, que nos empuja a sentir que no somos únicos sin parecernos a nadie más... Comprender que no hay espejos en los demás y ver en ellos transparentes cristales por los que mirar...
Acércate a los árboles para contagiarte de sus almas. Podemos mantenernos firmes ante cualquier tormenta, dejando caer las gotas que las nubes nos regalan, usando de linterna las luces de los relámpagos y de banda sonora los truenos que nos hablan de la pasión del cielo por hacernos más fuertes, más grandes, más valientes. Aprender a caminar sin importar en qué lugar...
Acaricia a los animales, recoge el cariño que, sin pedir nada, te dan. Tenemos la misma capacidad que ellos para amar; sin rencores ante los fallos, pidiendo sólo lo justo para vivir y devolviendo, hechos caricias, todos los momentos que otros nos dedican, nos regalan, que nadie nos obliga a dar, que todos debemos valorar. Sentir lo fácil que es querer sin cuestionar, ni reprochar, sin más motivo para llorar que no sea el de volvernos a encontrar...
Recréate en la sonrisa sincera de un bebé, de dos... de cien. Nacemos con el don de contagiar al mundo con la alegría de un simple gesto, de regalar esa mueca a cada ser que se nos acerca, tan sólo porque nos miren, porque nos dediquen tres palabras amables, o sencillamente porque sea la suya la que hace despertar la nuestra. El secreto de la felicidad se guarda tras cada sonrisa que decidimos esbozar; una vez puesta en marcha, todos los problemas dejan de tener un lugar en el que descansar. Dejar de hacer la cama a todo aquello con lo que no queremos convivir...
Sal a pasear... No dejes nunca de mirar, soñar, sonreír, ni de amar. Somos todo lo que vemos y sentimos, la música que otros hacen para nuestras almas, las canciones que nos hablan de nuestros amores, las que nos permiten llorar las pérdidas y recordar los mejores sabores; somos cada trazo que vemos en los lienzos, cada historia escrita en los libros, cada musa que inspira los artistas, cada noche que no pueden dormir, cada frase que dejan sin escribir; somos la paz, la esperanza y las ganas de vivir de los que trabajan en sus pasiones. Sí, somos lo que vemos y sentimos..., sal a pasear...pues puede que mañana la vida ya no esté para que la puedas admirar, tocar...y disfrutar.