El CEIP Andalucía se consolida como ecoescuela e implica a toda la comunidad educativa
El centro se ha reinventado durante los últimos años siguiendo una estrategia de gestión de las emociones y respeto hacia el medio ambiente.
Es la interpretación que extraerá cualquiera que visite el colegio Andalucía, cuyos cuatro pasillos lucen decorados con material de reciclaje en homenaje a las cuatro estaciones del año. "Hemos terminado la primavera y el otoño nos está quedando precioso", confiesa María Teresa García, la directora, que desde 2013 -el año en que llegó al centro- comenzó a pensar junto a su antecesor y demás profesorado la forma de darle un giro de 180º. "En épocas anteriores se habían desaprovechado muchas oportunidades -recuerda García- por lo que era el momento de ponerse manos a la obra".
"Nos propusimos cambiar el concepto del centro", recuerda. Y del nuevo grupo de trabajo constituido para tal enmienda nació la eco-escuela, es decir, "pusimos en práctica los valores que tratábamos de inculcar a los estudiantes en clase". No sólo en relación al alumnado, sino también a los profesores, a toda la comunidad educativa que experimentó un proceso de formación para fomentar la creatividad a través del reciclaje. Cartones, tapones, instrumentos de segunda mano... todo era aprovechable a la hora de llevar a cabo iniciativas como el pasacalles anual, "un año nos inspiramos en los cuentos, otro, en el fondo del mar, pero siempre fieles a nuestro objetivo".
Toda la decoración del centro, incluyendo el salón de actos y los patios -con sus papeleras específicas aportadas por el Ayuntamiento-, respeta esta premisa. Poseen un huerto en una antigua pila reutilizada y otro con neumáticos pintados de colores. "Los alumnos son conscientes de que todo es en beneficio del centro y han aprendido a respetar y a mantener los espacios, y, con ellos, su entorno familiar más próximo", explica Maite a este periódico, convencida de que si la escuela -donde los alumnos permanecen seis horas al día- es importante, las 18 restantes, en el hogar, lo son todavía más.
La renovación no concluye ahí. Este proyecto ecológico se interrelaciona con otros como el de la resolución de conflictos, o el de 'mindfulness', que no es otra cosa que aprender a gestionar correctamente las emociones. "Trabajamos la felicidad del niño desde la inteligencia emocional", aclara, por lo que en momentos puntuales de la jornada lectiva plantean momentos de relajación que "mejoran el rendimiento del alumno", según recientes estudios.
Todo ello es posible gracias a la sensibilización de un profesorado que invierte gran parte de su tiempo. "Nos propusimos mejorar la concepción externa que los isleños tienen de nuestro centro y lo hemos conseguido, incluso llegamos a abrir una nueva línea de Primero", comenta la directora. Dicho cambio contempla aula matinal, actividades extraescolares, un comedor que ya está solicitado e incluso un nuevo nombre para el colegio, que pasará a denominarse 'Las Cortes'. No faltan talleres psicopedagógicos -impartidos desde enero de 2015 por Cruz Roja- ni el componente solidario, ya que "logramos que esta entidad subvencionase a las familias más necesitadas".
El colofón a tanto trabajo es el hecho de poder contar con un museo propio. En él se van colocando todos los disfraces, instrumentos musicales o manualidades realizadas con motivo de cada festividad anual -Navidad, Carnaval, Halloween...-. Cuentan, incluso, con reinterpretaciones de cuadros famosos elaborados, como siempre, mediante material de recicilaje y, durante la Semana Cultural, celebrada a finales de junio, se incluye un día de convivencia donde toda la comunidad educativa está invitada a visitar estas obras de arte echas con tanto esmero y respeto al medio ambiente.