El entrevistado, en una fotografía reciente.

En torno a un 10% de solicitudes a nivel mundial son admitidas como parte del programa 'Horizon 2020' para fomentar la movilidad interestatal.

Una beca de investigación -a la que aspiran científicos de todo el mundo- será desarrollada en el departamento de Ecología de la Universidad de Copenhague por un isleño: Álvaro López García, quien, entre otros méritos y distinciones, es Licenciado en Ciencias Ambientales, con Máster en Biología Agraria y Acuicultura y Doctor en Ciencias dentro del programa Biología Fundamental y de Sistemas de la Universidad de Granada.

Se trata de las 'Marie Skłodowska-Curie actions' (Horizon 2020) que según explica su beneficiario a este medio "están destinadas a científicos con más de cuatro años de investigación, en su mayoría doctores". La mismas buscan, ante todo, fomentar la movilidad y el intercambio cultural entre países de la Unión Europea por lo que los demandantes "no podemos optar a un país en el que hemos permanecido más de un año a lo largo de los últimos tres".

El requisito contempla un proyecto a desarrollar en un grupo de investigación de cualquier país adscrito al programa. En este caso será Copenhague, destino que ya acogió su labor como científico en 2014 y al que, sin embargo, podrá volver ya que "entonces sólo puede permanecer durante ocho meses, lo que a la larga ha sido positivo". La propuesta debe incluir no solo el beneficio curricular del investigador, sino también lo que éste aportará al país, por eso López impartirá clases en la Universidad y charlas en diversos institutos, además de compartir sus conocimientos a través de los medios de comunicación, "no sólo en revistas especializadas, también en otros de corte más general y que sean accesibles a todo el mundo", aclara, como complemento a su propuesta científica.

El proyecto

El 80% de las plantas tienen unos hongos conectados a sus raíces. "Estos hongos son beneficiosos", explica en un lenguaje coloquial para que cualquiera pueda entenderle. La dispersión de dichos organismos a través de técnicas moleculares es lo que concentrará la mayor parte de su labor, tomando como objetivo una serie de islas de arena que se extienden por la costa de Dinamarca y que le permitirán comprobar en perspectiva, por ejemplo, cual es su reacción de las especies al impacto del cambio climático.

Serán dos años los que Álvaro permanezca allí, de momento, a partir del próximo otoño. "Además de las ayudas económicas nos ofrecen un margen considerable para zanjar asuntos pendientes antes de partir", explica este científico de 33 años que a pesar de su dilatado currículum ha debido esperar al segundo intento para que le concediesen esta oportunidad. "El porcentaje de admitidos ronda el 10% -aclara- y quedé fuera la primera vez que solicité la beca".

Hoy se muestra orgulloso y agradecido por el buen trato recibido en todo momento a pesar de ser un desconocido. "Algo que aquí, en España, no es muy habitual", critica. "Y me consta que hay más profesionales en esta situación, por lo que el mío no es un caso aislado". Es la política de inversiones lo que más le sorprende de sus nuevos vecinos, ya que "este grupo danés emplea para llevarme allí recursos que podrían destinar a cualquier otra cosa". Y es que su idea, en principio, era seguir solicitando financiación para desarrollar el proyecto de forma paralela a su colaboración con el grupo. "Dos años después me encuentro con un contrato asociado, coste cero para el departamento y su inversión totalmente amortizada", concluye, convencido de que en España adolecemos de una mentalidad altamente "cortoplacista" que "resta muchas oportunidades".