Los soldados de La Casería aguardan el visto bueno de Defensa para recuperar su dignidad
El arqueólogo Jorge Juan Cepillo Galvín espera desde hace dos meses la contestación a una propuesta formal para intervenir en el Cementerio.
Quienes verdaderamente se toman en serio el Patrimonio -réditos políticos y sociales aparte- se rigen en base a dos patrones: conocer y actuar. El primero, mediante las consulta de fuentes fiables, firmadas por especialistas del campo en cuestión; el segundo, con la intervención, siempre que sea necesaria y con independencia de la administración o color político responsable. No existen intereses, solo vocación. Ambos factores confluyen en el arqueólogo Jorge Juan Cepillo Galvín, quien junto al investigador Miguel Ángel López Moreno, presentaron al Ministerio de Defensa una propuesta de intervención en el Cementerio de La Casería.
Dicho escrito se formalizó el pasado mes de noviembre. Hoy, dos meses más tarde y con parte del lienzo nordeste tumbado por la acción de la naturaleza -así lo hizo constar este medio-, no han recibido aún respuesta, por lo que la redacción se ha puesto en contacto con su promotor para saber en qué consistirían dichas catas y bajo qué criterios se llevarían a cabo.
La iniciativa surgió a raíz de los datos que el investigador Miguel Ángel López Moreno venía dando a través de diferentes artículos publicados en la sección 'Patrimonio La Isla', en este mismo medio. La precaria conservación del Cementerio hizo que Jorge se pusiese en contacto con él, explica, para compartir impresiones, de las cuales, surgió una declaración de intenciones que quedó plasmada sobre el papel. Uno aportaría la introducción histórica a partir de un trabajo que está concluido y a la espera de editorial. El otro, el procedimiento práctico para corroborar los frutos de dicha investigación. "Ofrezco mis servicios a Defensa en relación a un BIC que, como propietario, está obligado a proteger", recuerda. Pero, eso sí, con rigor histórico y la legislación en la mano.
El proyecto no busca la exhumación de los miles de soldados que, según López Moreno, yacen en el mal llamado 'Cementerio de los Ingleses' desde el siglo XIX, sino comprobar que estos continúan allí enterrados para dignificar su memoria. "Se lo merecen tras haber dado la vida por defender España del ejército napoleónico", explica Jorge, que en el documento presentado propone iniciar los trabajos con cuatro sondeos clave en el interior del perímetro. El objetivo pasa, evidentemente, por determinar la disposición y la entidad de los enterramientos, registrar cada uno de los estratos -niveles del terreno- en los que estos se encuentres distribuidos. También, determinar características tales como la edad, el sexo o las patologías sufridas en vida por los finados, así como restos materiales entre los que pueden encontrarse medallas, botones o restos de tejidos.
Muchos de los resultados extraídos de esta intervención podrán, además, ser contrastados con los libros de defunciones del Hospital de San Carlos en los que Miguel Ángel basó parte de su investigación, por lo que se llegaría a la segunda clave que todo estudio relacionado con el Patrimonio Histórico debe cumplir: su conservación y puesta en valor. Se plantea así la necesidad de "proceder con mayor rigor científico a su protección".
Finalmente, el documento incide en la divulgación de los resultados obtenidos. Dicho paso irá enfocado a concienciar tanto a ciudadanos como a administraciones sobre la necesidad de proteger adecuadamente este camposanto "entre cuyos enterramientos yacen soldados que merecen nuestro respeto y nuestro recuerdo, más allá del olvido en el que se han visto sumidos durante los últimos 150 años".