Las cenizas del olvido
Tenía en mente una historia para contaros, pero quizás por la proximidad de estas fiestas venideras, o tal vez porque pienso muchas veces en ello, he decidido darle prioridad, a un sentimiento que fluye con fuerza en mi interior.
Todos sabemos, que cualquier agrupación de nuestro querido carnaval, pertenece a su, o sus autores, por derecho propio, no lo dudo. Pero llegados a este punto, me pregunto muchas veces, que nos mueve a las personas que a lo largo de los años formaron o formamos los grupos; Dejando de lado a personas que por derecho propio, se forjaron un nombre y una leyenda en este mundillo, unas veces por sus voces privilegiadas, otras por su aportación, y otras por su carisma, son miles las personas que durante años han regalado su voz, su dinero, y parte de su vida a los autores y la fiesta.
Es por esto, que a veces siento vergüenza ajena, al escuchar algunos autores, tan egocéntricos y endiosados, hablar de sus obras, del pasodoble que aquel año puso el teatro bocabajo, de aquel tango que levantó al respetable o aquel cuplé que tiró al suelo al gallinero, pero no recuerdan a los que dieron vida y razón de ser a aquella música o letra.
No tengo que hacer mucha memoria, para recordar momentos gloriosos de grupos o componentes que dieron primeros premios a sus autores, con interpretaciones muy por encima del repertorio. Que le pregunten sino a “Navegantes gaditanos”, aquella noche que a Perico “catalán chico” le dio por reventar el teatro con un pase increíble en “Ángeles y demonios “
Es solo un ejemplo; aún así, en la mayoría de las ocasiones, suelen ir al olvido, componentes que dieron una vida entregados a los autores y que nadie recuerda, los mismos que durante años salían de su casa a los ensayos, al dar las nueve o las diez, que no recordaban que les vencía una letra a final de mes, pero llevaban en su cabeza los cambios de última hora del pasodoble.
Seguramente será porque se aproximan estas fechas entrañables, en la que los sentimientos afloran con más fuerza, o quizás porque en el fondo se, que cuando lo deje, pasaré a formar parte de esa eterna lista de rostros sin nombre que regalaron a esta fiesta una parte de su vida; será por eso, que cuando mi guitarra rajee esta noche por primera vez en el ensayo, estará en mi mente un pensamiento, un momento, un segundo, en el que todos revivirán de nuevo, en el que volverán en el preciso instante que tocaron el cielo carnavalesco, en la ruptura en que todo cobró sentido, una aplauso, una mirada sincera al interpretar un repertorio, un abrazo con los demás del grupo, cualquier detalle.
Por un segundo todos regresarán de “las cenizas del olvido”
¡¡¡ Que arte !!!!
Que verdad, esos como en muchos trabajos, está el jefe, y los demás son números.
Pues si Jose Maria, la verdad que es una pena que el ego y el orgullo nuble a las personas, autores o componentes también incluso. Pero lo importante es que siempre hay personas que valoran otro tipo de cosas como tu, la grandeza de la humildad aun sabiendo que sean grandes, y es que ahí es donde empiezan las verdaderas leyendas, simplemente aportando lo que uno tiene sin esperar. Enhorabuena de nuevo por tu columna.
Pues si Jose Maria, la verdad que es una pena que el ego y el orgullo nuble a las personas , autores y componentes también. Pero lo importante es que sigan existiendo personas como tu que valoran otra verdad la gran humildad que es donde nacen las leyendas porque las personas tienen que ofrecer lo que valen sin esperar, eso es lo que hace Grande. Uno solo creo que no hace una magnifica obra....si a su lado no hay personas que la enriquezcan.Enhorabuena de nuevo por tu articulo.
Toda la verdad, y ya si olvidamos a contraaltos haciendo gorgoritos y nos centramos en buenos tenores y segundas, son grandes desconocidos por los aficionados que sólo miran lo superficial.