Fervor soleano y pastoreño para hacer frente a los truenos
Dos son las devociones cofrades -de entre las más populares de la ciudad- que han sido expuestas hoy en solemne besamanos, tras la Función Principal que corona sus respectivos cultos: una de gloria y otra de penitencia.
Ya desde primera hora de la mañana repicaban las campanas de la Iglesia Mayor Parroquial y las de la parroquia de la Divina Pastora para anunciar el día grande de las advocaciones más antiguas de una y otra. En el caso de la Iglesia Mayor, la Virgen de la Soledad, titular de la hermandad del mismo nombre y que rinde también culto al Señor de la Redención y a San Juan Evangelista como apuntó el vicario parroquial José Luis Palacio Valverde. El mismo hizo referencia al término de la función a los orígenes de la imagen de la Soledad, su presencia en el Castillo de San Romualdo ya a principios del siglo XVIII y la simbología de todos y cada uno de los dedos de la mano que los devotos besarán durante el resto de la jornada.
Del mismo modo, en La Pastora -barrio cofrade por antonomasia en La Isla-, la titular presta su mano a los feligreses como culminación a los cultos que se han venido desarrollando, como viene siendo tradicional, cada sábado del mes de octubre. Este año, en concreto, se cumplían 11 desde que la imagen fuera coronada canónicamente en la plaza frente a su parroquia. La virgen luce para la ocasión el manto celeste y la saya rosa a juego con bordados antiguos adaptados por Fernández y Enríquez.
Ni los truenos, ni la lluvia, ni el viento que ha traído consigo los 'Tosantos', han conseguido hacer que los devotos 'pastoreños' y 'soleanos' desistan a la hora de contemplar de cerca a ambas imágenes marianas, que seguirán esperándoles lo que resta de día en sus respectivas sedes canónicas.