(I). La Isla y las Hermandades del Domingo de Ramos
Sé y soy consciente que en los tiempos que corremos, hablar o escribir sobre religión o cualquier asunto relacionado con la Iglesia Católica, no tiene el eco, la atención ni la aceptación de tiempos pasados. Sin embargo las estadísticas y la observación demuestran que nuestra ciudad y sus ciudadanos en general -son bastantes receptivos- con independencia del credo que profese cada uno, a contemplar las procesiones de nuestra Semana Santa.
Y para que esas recreaciones de la Pasión de Cristo, que tanto gusta al pueblo sucedan, existen las hermandades y cofradías, que son las encargadas entre las distintas acciones y cometidos que realizan, la de poner en escena, esa -cruenta pasión de Cristo- cómo así se manifiestan públicamente en la protestación de fe, que representan cada año en sus procesiones y en sus Pasos a través de la religiosidad popular como el más importante de sus cultos externos.
Por eso, es mi propósito durante todo este curso cofrade, salvo otros temas puntuales que surjan, dedicar especial atención a nuestras queridas hermandades y cofradías, acercando al lector, sobre todo al lector desinformado o más apartado de estos asuntos, un breve resumen de cada una, más bien diría unas simples pinceladas domésticas como las de andar por casa, para que conozcan algunos de los rasgos más próximos de cada hermandad, sin entrar en grandes profundidades aun habiendo materia más que suficientes para ello, pero esta no es la idea al menos en esta ocasión.
Y acabado este preámbulo a modo de información, comenzaré con la primera de las hermandades, que abre la muy brillante y prestigiosa Semana Santa de esta Real Isla de León. Y se trata pues de la hermandad más conocida popularmente por los ciudadanos como ‘La Borriquita’ cuyo título realmente es el de Venerable Hermandad Sacramental y Cofradía Lasaliana de Cristo Rey en su Triunfal Entrada en Jerusalén y María Santísima de la Estrella.
Esta Venerable Hermandad se fundó bajo la inspiración lasaliana allá durante el transcurso del año 1963. Es decir que tiene 53 años de existencia, con lo cual ya ha cumplido sus -bodas de oro- hace dos años. Y su fundación se debe o al menos tuvo mucho que aportar el cofrade, José Luis Sánchez Bea. No obstante con anterioridad hubo otros cofrades, que también hicieron algunos intentos de crearla con resultados infructuosos.
Es la primera hermandad que haciendo honor a su título -abre- la Semana Santa Isleña, entrando triunfalmente por las calles de la Isla en la Jerusalén de su Carrera Oficial, sitio que por así decirlo, se puede considerar como el más adecuado para fijarse en los detalles de cada hermandad a su paso por ella.
Sale de su Capilla del Colegio de La Salle de la calle Real, aunque su sede canónica la tiene en la Parroquia Diocesana, Castrense y Vaticana de San Francisco. Y su altar se encuentra entrando en la nave de la derecha o del Sagrario (por cierto ahora la hermandad pretende construir un altar nuevo). Su cortejo procesional se compone de dos Pasos, el primero llamado de Misterio y el segundo el tradicional y siempre emotivo Paso de Palio. La hermandad interrumpió la salida de la capilla por obras en la misma, durante algunos años, saliendo de la Iglesia Mayor en el año 1997.
En el Paso de Misterio (dorado) obra de los hermanos Caballero de Sevilla, aparece Jesús sobre una borriquita, tres Apósteles: San Pedro, San Juan y San Andrés, una mujer hebrea con un bebé en sus brazos y un niño. La autoría de la talla de Jesús y de las imágenes secundarias aunque hubo tres, la definitiva se debe al imaginero sevillano, Juan Manuel Miñarro López. Y cabe destacar como dato curioso que la talla del segundo Cristo Rey se debió a un artista isleño conocido como ‘Boro’ Salvador García Piñero, ya fallecido.
La autoría del Paso de Palio, se debe igualmente a otro artista de Sevilla, Manuel de los Ríos. Y a Luís Álvarez Duarte, escultor sevillano -la de la Virgen- que realizó brillantemente en 1978 y tiene el sello de todas las dolorosas que han salido de su gubia. Pero ésta en concreto destaca por la tez morena de su bonito rostro, sus grandes ojos y por la hermosura tanto en su conjunto como en su impronta de Madre tras Jesús, su Hijo tan amado.
Y como un dato curioso a resaltar es que la Virgen en su salida procesional, luce la medalla del trabajo que se le concedió al Hermano Isaías y que éste donó a la hermandad. Así como también lleva la faja del General, Julio García Charlo, que de la misma manera que el gesto anterior, el citado señor donó a la Hermandad.
La hermandad en su conjunto se caracteriza por el ambiente niño-juvenil de sus hermanos como fuente de la inspiración lasaliana mencionada al principio. Y el Domingo de Ramos, cubre las calles de la ciudad y del itinerario por donde pasa, especialmente por ‘las siete revueltas’, donde la Virgen tiene un hermoso retablo de Juan Carlos Díaz y el Cristo que también dispone de otro bello mosaico en aquella zona, todo lo cual, experimenta una desbordada acogida de devotos, llena de alegría, de fervor, de luz y colorido; recibiendo en su barrio a tantos niños, que con tanta ilusión, vestidos de hebreos van portando -las palmas- emulando aquella Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, que da vida y argumento a esta popular y querida hermandad isleña, a la que desde aquí le auguramos los mayores éxitos futuros.