'Trini de La Isla' embruja a su público desde el balcón
El homenaje a Manuel Molina colmó de emotividad a los presentes.
Una actuación con mucho duende. Así es como definen los asistentes a la exhibición que desde el balcón del "Güichi del Loro Rojo", derrochó Trini de La Isla en una noche donde se encontró “muy arropado por el público que vino a verme”. La calle de Las Cortes estaba a rebosar cuando el ‘Trini’, acompañado por la guitarra de Juani de La Isla, comenzó una demostración de arte que alcanzaría los tres cuartos de hora largos, en una de las iniciativas más emotivas del programa de 'La Isla Ciudad Flamenca'.
“La gente se fue satisfecha, eso es para mí lo más importante”, declara el cantaor que tocó varios palos, entre ellos, el cante por alegrías, soleá por bulerías, tangos y fandangos. Sin embargo, el momento más emotivo se lo llevó el homenaje a Manuel Molina, con quien el ‘Trini’, por circunstancias de la vida, llegó a trabajar conjuntamente. “Tuve la oportunidad de echar muy buenos ratos con él, fue una persona que me llegó bastante”, explica, por eso, decidió tomar prestadas sus letras: un legado muy personal que el protagonista de la noche versionó a su manera, “con respeto, siguiendo su línea, pero, al mismo tiempo, llevándolo a mi terreno”.
Es el excelente sabor que queda en el aliento de este cantaor, que pasa la mayor parte de su tiempo en la capital madrileña, donde imparte clases en el Conservatorio Superior de Danza “explicándole a las bailaoras los entresijos del cante, según los estilos y sus personajes; informando sobre los palos del Flamenco para que sepan lo que están bailando”.
Asimismo prepara la grabación de su disco, de cara, posiblemente, a los meses de noviembre o diciembre. “Quiero dejar un testigo de mi cante, grabado, para que perdure en adelante”, explica. Plasmar algo suyo, a su forma, es decir, “con mucha tranquilidad y sin bulla”. Trabajo que completará, por cierto, con una gira en torno a las mismas fechas por Estados Unidos junto a la Fundación ‘Casa Patas’ de Madrid.