Publicado el: Vie, 24 Jul, 2015
Opinión

El ciudadano José Enriquez Varela Iglesias

Varela de paisano.

Varela de paisano.

Teóricamente se suele decir en términos políticos, que un hombre representa un voto… Independientemente de su posición, inteligencia, cultura, oficio o profesión… Es decir, qué, aunque no se  posea estos requisitos, un hombre sigue representando un voto…

Asimismo en la política como en la vida ordinaria, un hombre equivale también a una opinión. Y varios hombres a varias opiniones, por lo general, discrepantes unas de otras como signo del respeto y la pluralidad…

Por otra parte, si nos fijamos en la la historia, se podrá comprobar que tanto el que la escribe como el que la lee, cada cual, la acomoda o la interpreta favorablemente; acercándola quizás más a la parcela de sus propios  intereses, cuales quieran que éstos sean…

Por consiguiente cuando los pueblos, tratan de analizar su pasado y los episodios sucedidos después de transcurrir muchos años, bien en una contienda o entre dos bandos como lamentablemente lo fue ‘el nuestro’. Hay que analizarlos, en todo caso, con absoluta imparcialidad y objetivamente. Pero despojados de toda acritud y de cualquier tipo de partidismos y rencores, porque, si no, el rencor sólo consigue,  que el alma de quien lo practica se corroa, haciéndolo infeliz.

La entrada a Auschwitz.

La entrada a Auschwitz.

Y para estudiar estos episodios sosegadamente y aprender de ambos lados, tal vez sean ésas las premisas más convenientes de hacerlo en beneficio exclusivo  de nuestra salud mental.  Hay que recordarlos, eso sí. Pero desde la perspectiva de que nunca más se vuelvan a repetir, ni caer en la tentación de cometer los mismos errores.

En Centro Europa por citar un solo ejemplo entre otros tantos, todavía se conservan los campos de exterminios de judíos, con la sana intención de conservarlos; porque forman parte de la historia. Y no se ocultan para que hechos como aquellos, jamás sucedan. Concretamente en Auschwitz, no solamente se conservan, sino que además se visitan. ¿Hay acaso algo más grave y horroroso que este tremendo genocidio para borrarlo?

En definitiva, todo lo descrito en los párrafos anteriores, es lo que en cierto modo constituye la memoria histórica. Y la memoria histórica de un pueblo no puede estar sometida ni basada principalmente a una sola idea, a un solo objetivo. Sino contemplando los hechos tal como ocurrieron en ambos lados y bajo el punto de vista de todas sus circunstancias, de todos sus aspectos y de todas sus vicisitudes. Pero sin odios ni revanchismos. Y sólo así considerado, se mostrará la madurez, la cultura y el nivel de la educación de un pueblo sabio y reconciliador. ¡Y eso, lo sabemos todos!

La estatua de Varela.

La estatua de Varela.

Creo que es hora ya de sumar y no de restar o dividir. Y menos aún de reabrir viejas heridas ni de volver al pasado. Hay que pensar en cosas más prácticas, necesarias y más urgentes. Por eso, hay que mirar al frente y hacia el futuro; remando todos unidos aun a pesar de nuestras diferencias ideológicas. Y trabajar codo con codo en todas las causas comunes, que mejoren a nuestra sociedad y en consecuencias a nuestras vidas y las de nuestros hijos, que bien desarrolladas, constituyen actitudes y acciones más determinantes y eficaces, que entretenerse en  asuntos vanos, incoherentes, ni en causas pasadas, que deberían estar ya más que superadas.

La política es una ciencia y como tal no sólo hay que entenderla, sino estudiarla concienzudamente. Y desafortunadamente no todos los que la ejercen la estudian con frecuencia y contundentemente. Ni a veces, tampoco la ejercitan con cordura y adecuadamente.

Por otra parte, los políticos según en el sector donde se encuentren instalados, no pueden convertirse  ni  considerarse  enemigos unos de otros. Sino adversarios a los que como en un partido de fútbol entre equipos hay que vencer deportivamente, sin patadas, zancadillas ni suciedades. Sin embargo cuando estos mismos futbolistas juegan juntos en su selección representando a su país, actúan en una misma causa común, cuyo único objetivo es trabajar en equipo y todos unidos, ganar y obtener la deseada victoria, tal como ocurrió en el mundial de Sudáfrica, en donde la selección española se proclamó  campeona del mundo.

El Patio de la Maestranza.

El Patio de la Maestranza.

Todo este largo preámbulo pero necesario, me lleva ya a introducirme en el título del presente artículo, ahora, que otra vez se viene planteando la idea de hacer desaparecer de nuestra plaza del Rey la estatua de Varela. Y sin entrar en ningún matiz partidista ni político como bien se puede apreciar en todo el contenido de este texto, cuyos argumentos no son otros que los basados en  la coherencia,  el sentido común y  la razón. Y como efecto de esta consecuencia, he de manifestar lo siguiente:

José Enriquez Varela Iglesias, nació en La Isla, el 17 de abril de 1981. Y según cuentan los ciudadanos más antiguo del lugar. Procedía  de una  familia modesta. Vivía en el patio de vecinos nº 6 de la Maestranza en la Glorieta, hoy Paseo del General Lobo cerca de la Estación de Ferrocarril,  convertida actualmente en un Apeadero. Patio que fue derribado y sustituido por una edificación moderna de tres plantas. Su padre, Juan, fue Sargento músico de la Infantería de Marina. Y su madre, Carmen, a la que adoraba Varelita, como así le llamaban cariñosamente en familia,  se dedicaba al parecer, a atender las ropas de los soldados para ayudarse a sostener su hogar en aquellos años difíciles. Varela tuvo dos hijos, José Enríquez (ya fallecido) y Casilda; José Enríquez estuvo muy vinculado a la ciudad. Heredó de su padre el título de Marqués de Varela, nombre con el que se sustituyó el Campo de Deportes de Madariaga a partir de la etapa, en la que fue el presidente del Club Deportivo San Fernando hasta que dicho campo se extinguió. También fue hermano mayor honorario de la hermandad  de la Soledad. Y su hermana Casilda a la que quería intensamente, se casó con el famoso y genial guitarrista gaditano de la ciudad de Algeciras, Paco de Lucía, íntimo de Camarón de la isla. Casilda años más tarde se separó.

Educando de corneta.

Educando de corneta.

El ciudadano, José Enriquez Varela Iglesias, ingresó cuando era adolescente como educando de corneta en la misma banda a la que pertenecía su padre. Y llegó a capitán general y ministro del Ejército. Fue siendo aún muy joven  -a los 29/30 años de edad- Laureado dos veces por su valor y sus méritos contraídos, allí donde sus mandos superiores, lo enviaron.

El Ayuntamiento de San Fernando, por este motivo, le concedió el título de hijo predilecto. Y sus ciudadanos mediante una ‘suscripción popular’ obtuvieron el dinero necesario para dedicarle la estatua, que conocemos y que ahora como en otras tantas ocasiones se quiere obviar.

Las Laureadas.

Las Laureadas.

No sé cuál será el futuro de la citada estatua, pero con este artículo,  pretendo solamente informar a los que  no conocen  los antecedentes ni esta otra historia doméstica de Varela como  simple ‘ciudadano isleño de a pie’. Y cuál fue el objetivo y la ejecución de la tan comentada como controvertida tristemente estatua.

Entierro de Varela.

Entierro de Varela.

Seguramente la Estatua de Varela, es posible que se quite para satisfacer a los que demandan su desaparición. En cuyo caso tal vez,  debería trasladarse a otro lugar significativo para satisfacer también a los que piensan lo contrario. O en todo caso, someterla a una consulta popular, como popular fue la suscripción para colocarla  donde se encuentra. Aunque dicha estatua esté fuera de todo comentario en cuanto al rigor y el matiz, militar y político que únicamente se intenta resaltar de ella, sin considerar siquiera, que su desaparición  ’cercenaría la voluntad’ de aquellos paisanos contemporáneos suyos y antepasados nuestros, que con este monumento construido -con sus propios recursos dinerarios- quisieron homenajear y perpetuar para la posteridad, la trayectoria y el valor de éste que fue humilde ciudadano isleño, pero grande por su valor. ¡Laureado dos veces por Alfonso XIII, con el más alto rango que se le puede otorgar  a un militar, la Gran Cruz de San Fernando!

Finalmente citar como un hecho natural e irreversible, que los restos de Varela reposan hace 64 años en nuestro Cementerio Municipal, como cualquier mortal, está sepultado en el cementerio de su ciudad natal. ¡Y esto, señoras y señores, sí que no se puede obviar!

Sobre el autor

- Profesor, articulista y cofrade.

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