Siempre se proporcionó un descanso al cargador a lo largo de toda una tarde-noche de esfuerzo continuo bajo las andas. Reguladas mediante contrato entre capataces y cofradías, antaño eran dos o tres las convidás ofrecidas al cargador, permitiéndole de esa forma salir a respirar aire fresco, ponerse derecho sin las estrechuras del paso y reponer fuerzas. Nos referimos a una época pasada en la que no existían los relevos o cargadores de refresco.

Lentamente, y con la desaparición de las cuadrillas tradicionales se creó gran presión por parte de algunas hermandades para disminuir esas tres convidás a dos, para luego quedar en una sola. E incluso algunas cuadrillas actualmente no realizan ninguna, llamémosle eufemísticamente, parada técnica.

En ese día tan esperado de la salida procesional, muchos cofrade no desean que el discurrir de su hermandad se vea detenido durante ese tiempo de pausa. Lo mismo le ocurre al paciente espectador de nuestra Semana Santa. Por otro lado, el cargador considera necesario un pequeño descanso para poder cumplir correctamente con su función. Por tanto, en esa confluencia de intereses dispares habrá que buscar fórmulas que nos saquen del embrollo y que todas las partes se contenten con la solución adoptada.

Las cuadrillas tendrán que conseguir que haya un mayor número de cargadores de refrescos por cada palo, para que este necesario descanso para reponer fuerzas quede asegurado. O incluso, sería lo ideal, fueran dos cuadrillas completas remudándose cada dos o tres horas, lo que por otro lado redundaría en una mejora de la calidad de la carga.

Al igual que se dejó de ofrecer una comida a los cargadores al desaparecer la época del hambre, o se dejó de fumar bajo los pasos, o se buscó la uniformidad en el calzado, posiblemente ahora sea el momento de plantearse un cambio en un asunto que a lo largo del tiempo se ha mantenido contra viento y marea en algunas cuadrillas de cargadores. ¿Es imprescindible la convidá de los cargadores? No, no lo es. Varias ya han decidido eliminarlas y la JCC ha empezado a planteárselo. Quizás sea el momento de ser más creativos, de buscar medidas alternativas más acorde con los tiempos actuales. No es momento de cerrazones sino de búsqueda de soluciones.

La JCC, asociación importante por número de cargadores y pasos cargados se lo está planteando seriamente a petición de varias cofradías. Es el momento de ser pragmáticos, de dar el paso al frente e ir acorde con los tiempos. Si la JCC siempre se puso al servicio de las cofradías ahora es la ocasión de demostrarlo nuevamente.