Escolares, voluntarios y deportistas: el respeto por el ecosistema en La Isla
El Día Mundial de los Humedales caló más que nunca en La Isla, ayer, con la puesta en marcha de sendas iniciativas educativas y de conciencianción para con el medio ambiente desde el voluntariado del propio Parque Natural Bahía de Cádiz, así como entidades y colectivos, entre los que se encontraban Isla Kayak, el club SFK -San Fernando Kayak-, o los alumnos del Colegio de la Compañía de María de San Fernando, quienes, además de realizar una gran labor volvieron a casa habiendo interiorizado la importancia de no corromper el medio natural.
En concreto fueron dos los puntos de la ciudad donde se materializó este compromiso: la primera de ellas, en el tramo del caño de Sancti Petri colindante con La Magdalena, alrededor de lo que se conoce como “Isla del Vicario”. La segunda, en pleno litoral de La Bahía, junto a Caño Herrera y Punta Cantera.
En La Magdalena fueron los integrantes de la Asociación Recreativa Medioambiental ‘Isla Kayak’ quienes se encargaron de organizar la limpieza de una zona que, según Francisco Garri, uno de sus impulsores, “da verdadera pena después del mercadillo que se instala cada jueves en la zona”. A ellos se les sumaron integrantes del club ‘San Fernando Kayak’, del CD ‘Afipeska’ y monitores medioambientales contratados a través del plan de empleo municipal. Fueron los técnicos de la Oficina de Desarrollo Sostenible quienes, asimismo, se encargaron de retirar los 34 sacos recogidos en el concurrido espacio donde los voluntarios desarrollaron la labor. Una cantidad que ya estaba lista para el reciclaje después de que los distintos grupos se organizasen previamente por cuadrillas destinadas a extraer los distintos tipos de residuos, como plástico (24 bolsas) o vidrio (10 bolsas).
“El problema no puede achacarse a un solo colectivo”, indica Garri, pues éste abarca desde la falta de concienciación de quienes instalan sus puestos los jueves, hasta los clientes, pasando por la ciudadanía que hasta allí concurre en sus ratos de ocio semanales y, por supuesto, la falta de implicación de las administraciones para atajar el problema de raíz.
“Del Ayuntamiento te remiten a la Junta de Andalucía, de ésta a las oficinas del Parque Natural o a Demarcación de Costas”, declara ante
una situación donde, al parecer, nadie quiere responsabilizarse de que cada semana, cada mes del año, los residuos confluyan en esta zona “que ya de por sí es propensa a ello debido a las dos mareas procedentes de la Bahía y Sancti Petri respectivamente”. “Esto quiere decir -declara- que si a alguien le da por lanzar una botella en La Carraca es muy probable que al cabo de los días se encuentre aquí varada”. Una botella, o un frigorífico, que también se los han encontrado.
Todos ellos mantienen, no obstante, la esperanza de que se tomen medidas para que situaciones como ésta dejen de ocurrir. Como la vergüenza que les produce llevar de visita a alumnos extranjeros de la Escuela Oficial de Idiomas, quienes, directamente “no se creen que se trate de un Parque Natural porque en su país de origen sería inconcebible el nefasto mantenimiento”. O el impacto que dichos residuos tiene sobre la fauna marítima, “y que me ha llevado a toparme con casos de tortugas y delfines muertos por la ingesta de plástico”.
Al otro lado de la Isla, desde el paseo marítimo del CC Bahía Sur, se reunían también por la mañana más de un centenar de escolares procedentes de la Compañía de María, junto a cuatro de sus profesores, a objeto de poner en práctica un taller de educación ambiental y sensibilización de las nuevas generaciones. El objetivo era, según Antonio Gómez Ferrer, director-conservador del Parque Natural Bahía de Cádiz, “que los alumnos comprobasen, en primera persona, que todo aquello que arrojan, no desaparece, sino que puede llegar a permanecer muchos años degradándose en el medio natural, y de paso, difundan este mensaje entre su círculo más cercano”.
De la zona también se extrajo gran cantidad de residuos inocuos como botellas y latas, neumáticos, envoltorios de comida rápida y todo tipo de materiales perniciosos para el medio natural.
“Dar un toque a la sociedad” era asimismo el objetivo de esta actividad para la que trabajaron codo con codo el colegio de la Compañía de María, el CC Bahía Sur -el cual dispuso el terreno para la organización, se encargó de llevarse los sacos e invitó a un tentempié a los participantes- y los responsables del propio Parque Natural, desde el cual se aportó todo el material operativo para que la limpieza pudiese ser ejecutada, así como los talleres de sensibilización que los pequeños pudieron disfrutar tras su esfuerzo, y que este año estaban focalizados a poner en valor la sal como bien esencial en la historia, la economía y el ecosistema de La Isla.
Alejandro Díaz Pinto