Aquel verano del 94…
Mucho se está hablando en lo que llevamos de año de aquel verano de 1984 en el que en la cartelera americana se juntaron de manera casi milagrosa clásicos modernos como “Indiana Jones y el templo maldito”, “Gremlins”, “Cazafantasmas”, “Karate Kid”, “La historia interminable” o “Tras el corazón verde”. Todas ellas películas inolvidables que aún tres décadas después no solo no han caído en el olvido, sino que a su categoría de éxitos de taquilla se les une ese grado tan valioso que es el de película de culto, aumentando su legión de seguidores generación tras generación.
Recuerdo aquella época como la del inicio de mi pasión por el cine con apenas diez años, del “boom” de los reproductores de vídeo y del comienzo del mercado de la piratería en VHS con aquellas clásicas grabaciones cutres de películas en cartel que le ofrecían al adulto que me acompañaba al vídeo club cual tabaco de contrabando, sacándolas siempre con sigilo y prudencia de debajo del mostrador.
Pero no señores, ese no fue el mejor verano para recordar. Y me sorprende que nadie haya reparado en aquel verano USA del 94 – y que fuera casi similar al español – en el que la confluencia de estrenos de películas maravillosas, de clásicos modernos para todos los públicos fue realmente espectacular. Films de todos los géneros que, a mis veinte años, me ayudaron a rematar una época inolvidable en lo personal y en la que mi manera de devorar cine era a menudo compulsiva.
Ya se convirtió en una señal que a finales de Mayo se anunciara como ganadora en el prestigioso Festival de Cannes la segunda película de un tal Quentin Tarantino, ese film tan transgresor, innovador y ya legendario que fue “Pulp Fiction”. Tras un pistoletazo de salida tan abrumador, lo que vino después mantendría el nivel muy alto.
Disney lanzaba esa enorme versión “shakesperiana” que fue “El Rey León” y revolucionaba el cine de animación y de paso las taquillas, Keanu Reeves y Sandra Bullock intentaban detener en “Speed” un autobús a punto de explotar en un frenético film de acción, Hugh Grant se coronaba rey de la comedia romántica en aquella deliciosa película que era “Cuatro bodas y un funeral”, Jamie Lee Curtis sacaba a relucir lo mejor de su vis cómica ante un anonadado Schwarzenegger en la estupenda “Mentiras arriesgadas”, Johnny Depp y Tim Burton homenajeaban en un film magistral a “Ed Wood” que de paso estaba considerado el peor director de todos los tiempos, Jim Carrey conseguía el estrellato con una catarata de efectos visuales e histrionismo en “La máscara”, Tim Robbins y Morgan Freeman le daban una nueva dimensión al drama carcelario en “Cadena perpetua” y por último, de la mano de “Forrest Gump” fuimos apasionados testigos de la reciente historia norteamericana.
Sí señores. Toda esta impactante lista de films tan famosos, y muchos de ellos magistrales, coincidieron en el verano cinematográfico americano del 94. De Mayo a Septiembre. Y no sé si habréis reparado en un importante detalle, pero si no yo os lo revelo. Ninguna de estas películas es una secuela, absolutamente ninguna. Mirando la cartelera de este verano que ya nos está tocando sufrir en lo cinematográfico, nos encontramos con que se están llevando el gato al agua los X-Men, Spiderman y Capitán América mientras que en las próximas semanas se lo llevarán “Transformers”, simios y mercenarios varios…
Está ya muy visto eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero visto lo visto y por lo que me veo venir me voy a provisionar de cervecita fresquita, a conectar el aire acondicionado y voy a tirar de videoteca para rememorar viejos tiempos. Un ciclo en DVD y Blu Ray de todo lo expuesto anteriormente tiene que ser la leche… ¿quién se apunta?.