¿Vives o estás vivo?
Seguimos sumando años mientras creemos estar vivos, mientras los días no se diferencian entre ellos, mientras los años vuelan a la misma rapidez que se esfuman los sueños.
¿Quieres, simplemente, estar vivo o prefieres vivir cada segundo como si fuese lo que realmente es...el último de tu existencia? ¿Quieres sonreír o tu elección es la de lamentarte cada día por lo que no tienes? ¿Quieres ser feliz o tienes demasiado miedo a olvidar lo que es llorar de tristeza...?
Yo te invito a abrir tu alma y a sentirte cada día más vivo, a no dejar que los años te hagan viejo, sino sabio; que tus arrugas sean el reflejo de tus risas y la suavidad de tu piel el resultado de la erosión que las experiencias hicieron sobre tus heridas...
Te invito a sentarte, a descansar, a dejar de luchar por imposibles que te alejen de tu libertad; te invito a saltar, a correr, a no parar hasta tener lo que te propones; no hay caminos que no puedas recorrer si lo haces con la pasión por bandera y el amor como el mejor sustento...
Te invito a ser, a sentir, a no verte incapaz de nada, a saber qué eres capaz de todo; no importa donde se encuentren nuestras metas, pues lo que más valor tiene es el sendero que nos llevará hasta ellas; las personas que se cruzan en nuestro camino dándonos las indicaciones precisas para llegar, ofreciéndonos lo que está en sus manos para ayudarnos a avanzar; todo un paisajes de regalos que hacen que el trayecto sea lo más maravilloso e intenso que vamos a lograr. No hay metas que tengan sentido sin su previo camino por andar...
Sí, te invito a vivir estando vivo, a soñar estando despierto, a amar aunque no estés enamorado, a despertar de tus pesadillas al levantarte cada día y a bailar tus miedos junto a la orilla cada noche. Quiero que seas lo que quieras ser, que sientas lo que quieras sentir, que vivas, tan sólo, todo aquello que deseas vivir. Quiero, deseo y me siento viva al pensar que tú también puedes sentir lo que es estar vivo de verdad...