“El del botijo pregunta si quieren agua en la cabeza. Alguien contesta afirmativamente. Le viene a la mente, mientras ve beber al compañero, la costumbre que se cogió en la cuadrilla de la Caridad, arriba de Comedias, de romperle el botijo a Pepe Guerra, que era el aguaó oficial, y darle por debajo de la caída sólo el asa. ¡No era boca la de Pepe! Y no era para menos ¡Qué cuadrilla!”[1]

El botijo es una vasija de barro cocido con un pitón para beber y una boca para echar el agua, que lleva el aguador para saciar la sed de los cargadores. Se denomina también así al que lo porta.

“Vasija de barro poroso, que se usa para refrescar el agua. Es de vientre abultado, con asa en la parte superior, a uno de los lados boca proporcionada para echar el agua, y al opuesto un pitón para beber.” (Diccionario de la Real Academia Española)

Hoy conviven en nuestra semana santa dos utensilios distintos para saciar la sed de los cargadores: el cántaro y el botijo. El primero fue usado desde siempre por las cuadrillas tradicionales, y hoy en día algunas cuadrillas lo siguen llevando como algo a mantener. El botijo por el contrario es de uso más reciente y por tanto innovador en su momento, siendo la Asociación JCC la pionera en su manejo. Afortunadamente el plástico y los nuevos materiales sintéticos no han logrado desplazar al ancestral barro.

Los defensores del botijo elogian su manejabilidad y ligereza, lo que hace que obligatoriamente no deba ser llevado por un adulto, pudiendo realizar esta misión un miembro joven de la cuadrilla que por edad aún no puede meterse bajo los pasos.  Otra ventaja es la no utilización de vasos, y por consiguiente una mayor higiene a la hora de beber. Recordemos que con el cántaro se usan dos vasos para toda la cuadrilla.

Por el contrario el mayor volumen de agua contenida en el cántaro ofrece logísticamente más independencia al aguador, teniendo el botijo la inconveniencia de necesitar ser rellenado más a menudo.

También por este término botijo se conoce a quién lo porta, denominándose indistintamente botijo o aguaó.

 Desde su nacimiento, la Asociación JCC ha usado el botijo como forma de dar agua a sus cargadores. Tal es la defensa que realiza de este elemento, que su propio órgano de difusión, cuyo primer número vio la luz en la Cuaresma de 1983, se denomina precisamente “El botijo cofradiero”. Igualmente el concurso fotográfico que realiza anualmente se denomina “Botijo de plata”.