Tras el fallecimiento de un familiar la cantidad de trámites que hay que realizar no permiten si quiera un duelo tranquilo, lo primero que se solicita es el certificado de defunción y con éste se obtiene el certificado de últimas voluntades, documento que sólo informa si el fallecido firmó un testamento y dónde lo hizo, a partir de ahí se inician una serie de pesquisas para saber si el notario sigue en ejercicio, si lo tiene otro… y si no hizo testamento, ¿qué se debe hacer?

Hay que iniciar una declaración de herederos, si éstos son descendientes o ascendientes pueden hacerlo ante un notario, si el grado de parentesco es distinto al anterior será ante el Juzgado de 1ª instancia del lugar dónde residía el causante.

Hay que aportar mucha documentación, que alarga los tiempos de obtención del documento y aumento considerablemente los costes.

Para evitar trámites innecesarios, que muchas veces acrecentar el propio sufrimiento que se padece en ese momento, y sobretodo para dejar clara la última voluntad es recomendable dejar hecho testamento.

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