Publicado el: Sáb, 21 Dic, 2013
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El poder de la gente

poder gente movimientoSi, como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras, esta vez la imagen que acompaña este texto es lo suficientemente explícita como para no tener que añadir absolutamente nada más, pero claro, en ese caso, yo, no sería yo.

Si algo debemos tener claro es que la familia y los compañeros de trabajo te caen en suerte, pero que los amigos se eligen. Con nuestros gobernantes pasa lo mismo. Nos hemos acostumbrado a tomar la postura cómoda pensando que los políticos, los que van a regir nuestros destinos, nos vienen impuestos y que no hay nada que podamos hacer para cambiarlo ni influir en ello. Evidentemente no es así. Decía David Lloyd George que las elecciones, a veces, son la venganza del ciudadano porque la papeleta es un puñal de papel. Cada vez más ciudadanos optarán por usar ese puñal para cortar de una vez por todas la soga que nos tienen atada alrededor del cuello dejándonos sin respiración. La imagen, como decía al principio, habla por sí sola. Somos nosotros, los ciudadanos, los que mantenemos ahí al político de turno en su atril, en su atalaya en forma de coche oficial y cristales tintados, pero también somos los que podemos hacer posible, simplemente retirándoles nuestro apoyo, que caigan al precipicio. Decía, además, el autor de la frase anterior, que la peor forma de cruzar un precipicio es en dos saltos, por lo que debemos hacerlo de una vez. Con toda la contundencia de la que somos capaces y la que, además, se merecen.

Y todo esto no debemos hacerlo por venganza, como decía George, sino por nosotros mismos, por nuestra dignidad, pero por encima de todo porque se lo debemos a nuestros hijos. ‘No quiero tener que reprocharme en el futuro no haber hecho lo suficiente por el porvenir de mis hijos”, manifestó Juan Marín durante la presentación de Movimiento Ciudadano el pasado fin de semana en Valencia. La resignación es la condena que nos impedirá mirar a nuestros hijos a los ojos, ya que ellos no entenderán por qué le hemos dejado el mundo de esta forma.

Como la cosa va hoy de citas, quisiera dejarles una de Marco Tulio Cicerón, aquél orador, filósofo y político latino que unos 70 años a.C. nos dejó ésta para la historia: ‘El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes’. Después de casi 2.100 años, esas palabras están en nuestro país más de actualidad  que nunca. Jamás habíamos presenciado tal saqueo de dinero público por parte de un poder que se ha creído superior a las leyes. ‘Semidioses que se olvidaron de lo que era servir a los ciudadanos’, como dijo el fiscal anticorrupción durante el juicio a Jaume Matas hace dos semanas.  Por encima del bien y del mal.

El próximo 18 de enero presentará Albert Rivera su Movimiento Ciudadano en Sevilla, y ahí debemos estar esos ciudadanos a los que se refería Cicerón para dar el salto sobre el precipicio, pero eso sí, recuerden, de un solo salto. Si alguien tiene que caer, que sean ellos.

 

Sobre el autor

- @jabustamante1

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