La información en tiempos del cólera
Trabajar hoy en comunicación es un auténtico deporte de riesgo: a la precariedad laboral, el estrés y la pérdida de prestigio social hay que añadir la amenaza constante del despido. Esto hace que los pocos que siguen ganándose el pan en este sector tengan una visión absolutamente catastrofista y apocalíptica. Por eso, cuando encendemos la televisión o abrimos un periódico nos llevamos la impresión de que el Mundo se desmorona con nosotros dentro. Y es lógico, porque la situación que viven las personas que elaboran esos contenidos es, cuando menos, bastante desfavorable.
Para que los gaditanos y los andaluces logremos salir de la profunda crisis que nos afecta es fundamental que nuestra sociedad abandone el derrotismo y recupere el optimismo que siempre nos ha hecho famosos en todo el planeta. Ese cambio tan necesario no consistirá en un hechizo de un hada buena que te da un toque en la cabeza con una varita mágica, pero sí que se puede producir si la situación de las personas que se ocupan de “moldear” la opinión pública cambia. Esto es algo que el presidente Franklin Delano Roosevelt tuvo muy presente cuando puso en marcha las medidas del famoso New Deal para paliar los efectos del crack del 29, que tantos paralelismos tiene con la crisis que vivimos hoy en día. El gobierno norteamericano utilizó de manera magistral la prensa y el cine como instrumentos para devolver la alegría a los estadounidenses. Fue una operación propagandística que cambió por completo el panorama y que aún hoy sigue vigente. Buena muestra de ello son las películas de King Vidor, Ernest Lubitch y sobre todo las de Frank Capra, autor de la mítica “¡Qué bello es vivir!”.
Dicen que uno de los indicadores más claros de recuperación tras un periodo de crisis es el ascenso de publicidad y de las inversiones en los Media. Eso pasa sin duda por mejorar la situación de todos los trabajadores de los medios de comunicación. Así que tal vez, estas navidades, cuando estemos viendo las tradicionales reposiciones de la película de Capra y suenen las campanas, en vez de pensar que le han dado las alas a un ángel, a lo mejor deberíamos pensar que lo que le han dado es un trabajo a un periodista.
Javier Baron