Publicado el: Vie, 23 Feb, 2024
Opinión

A Francisco Umbral le salvó la literatura de las heridas...

Los escritores y pensadores y artistas y músicos y filósofos nos enseñan ideas y conceptos y argumentos, pero también nos muestran algo de sus vidas, y, nos ayudan a curarnos...

A raíz del curso/conferencias titulado Francisco Umbral: Fragmentos de una vida, realizada en la Universidad Complutense en el año 2022, que han puesto en Internet y que he visualizado y pensado y reflexionado en parte, me ha llevado a plantearme varias cuestiones, que en resumen sintetizaré aquí, algunas de ellas en este modesto artículo.

Entre otras es que Umbral es uno de los grandes escritores de la segunda mitad del siglo veinte en nuestra sociedad, lengua y lenguaje, y, que estimo que ya debe salir del purgatorio en el que se encuentra. No digo que todo en su vida, me parezca correcto y adecuado y racional y moral. Pero si juzgamos a las personas solo por sus hechos y sus morales, quizás pocas podrían pasar la línea de la frontera. Aunque sé, que la ética y la estética y el conocimiento deben ir unidos, no separados. No estoy aquí para juzgar su biografía y su vitagrafía moral y su etomoral, sino recordar que sus escritos, aunque me parezcan tengan también errores, deben ser recordados y leídos y estudiados y analizados. Porque considero que es el Quevedo del siglo veinte, y, porque si miramos al Siglo de Oro, también, en muchas de sus aptitudes y actitudes de los grandes, no son tan honorables y honrosas como quisiéramos...

Cuándo se habla del misterio y el enigma de las vidas de Teresa de Jesús, de Cervantes, de Colón, por solo citar a tres autores, me digo a mi mismo, si no se debería investigar por los expertos en sus familiares, padres, abuelos, hermanos, sobrinos, descendientes de todos ellos. Porque pienso que pueden aportar también datos.

Creo que Umbral, hay que juzgar a Umbral también como al resto de escritores y pensadores y filósofos y músicos y científicos y técnicos y artistas que han pasado por estos lares. No diré nombres, pero muchos del siglo veinte, no son loables todas sus acciones, pero apenas se indica, y solo se valoran sus producciones culturales, científicas, filosóficas, artísticas. Desconozco hasta dónde y cómo se debe realizar esa función, olvidar sus vidas, o recordar sus vidas, recordar sus obras y no recordar sus vidas. He indicado que para mí, como en un prólogo a un santoral, el autor decía, que lo ideal es ser santo y ser sabio, pero si no se puede ser ambas cosas, es mejor ser santo, aunque no se sea sabio.

En el caso de Umbral siempre se está con los misterios y enigmas de su vida y de su existencia. No soy un experto en su persona, ni en su obra, pero algo de todo ello sé. Y, siempre me he preguntado, si los investigadores y biógrafos, tanto a favor de la persona y su obra, como los que guardan distancia, me pregunto, si han averiguado y estudiado las actas y documentos oficiales, de su boda, que quizás podrían aportar datos, me pregunto si han investigado los datos oficiales de su fallecimiento que también podrían aportar datos, me pregunto, si han investigado si asistió al servicio militar obligatorio, y, si no tuvo que ir, qué razones y motivos y causas, y qué papeles y documentos todavía se pueden encontrar. Lo mismo otros datos de su biografía, que deben de estar en los registros oficiales. También datos de familiares directos o indirectos que todavía en los senos familiares pueden que sepan noticias e informaciones. No es hacerlo por maldad o inquina o rencor o malas artes y malas razones, sino para aclarar tantos datos que parecen obscurecidos. Es para que la persona brille más.

No niego sus defectos psicológicos y morales, pero tampoco sus virtudes psicológicas y morales. Pero pienso que a Umbral le salvó la literatura, las letras le permitieron sobrellevar el dolor de la vida y de su vida, y, en su caso fue grave y grande. Tenemos que tener también piedad y misericordia de los hombres. Aunque no tenga respuesta posible, no sabemos qué habría pasado de su persona si no hubiese sido escritor, y, si siendo, no hubiese tenido éxito...

Umbral tuvo varias y graves y grandes heridas y traumas en distintos momentos de su existencia. Y, esas heridas y traumas, son la raíz de muchas de sus ideas y sus comportamientos. Quizás, de mucha de su literatura y de su forma de pensar y sus formas de ser y sus formas de estar en el mundo. Si miramos su figura es para curarnos a nosotros mismos. Al ver la figura de otros, intentar conocernos a nosotros mismos, autoterapía al mirar la vida de otros. Consuelo al ver la vida de otras personas. Eso es una variedad de mimesis y catarsis que ya el viejo maestro Aristóteles indicó.

Curarnos a nosotros mismos, no solo con los actos que les han podido pasar a los escritores, pensadores, músicos, filósofos que nos muestran algo de su vida, y, curarnos también con sus escritos o sus músicas o sus filosofías o sus pinturas... Umbral debió de tener una herida grave, en la etapa epigenética de su existencia, no sabemos, la ciencia no sabe, cómo pudo y pueden  influir e influyen las cosas positivas y las cosas negativas, en el vientre de la madre, las circunstancias, etc. Umbral debió de tener una herida grave, sin saber quién era su padre o su madre, pensó, durante unos años que no tenía ni padre, ni madre. Umbral fue criado por una nodriza durante los primeros años de su vida, a unos kilómetros de su madre o de su abuela. Umbral, puede ser que dentro de su seno familiar, él sintiese que no era bien querido. Umbral, tuvo que pasar el no asistir a escuelas regulares, el suficiente tiempo, fuese por lo que fuese. Cierto es que en aquella época, que alguien encontrase trabajo de botones de banco, debió de ser un privilegio. Umbral se enteró de quién era su madre, al menos, en la adolescencia. Umbral le sucedió la muerte de su hijo, etc.

Pienso que a Umbral le salvó la literatura. Puede que no estemos de acuerdo con todo lo que escribió, ni con todo lo que dijo de palabra o con todo lo que sabemos que hizo... Pero no sé, usted, qué habría hecho usted o dicho usted, en unas circunstancias semejantes...

No todo lo que sabemos que hizo Quevedo, Cervantes, Lope de Vega, Góngora, y, otros más, fue correcto y bueno desde una moral de sus propio siglo, pero ahora alabamos sus obras. No todo lo que escribieron tampoco fue bueno moralmente, pero ahora, juzgamos lo bueno y lo verdadero de ellos, pienso que lo mismo tendríamos que hacer con Umbral. Aquí, mi respeto y mi homenaje a su escritura, aunque no todo lo que escribió me parece correcto, entre otros motivos porque cayó en un exceso de hedonismo y de sensualismo y de sexualismo... Paz y bien...

http://twitter.com/jmmcaminero           © jmm caminero (11-19 febrero 2024 cr).

Sobre el autor

- Sección en la que trataremos temas de actualidad con un sesgo literario-filosófico.

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