La Isla se convierte en el epicentro cofrade de Andalucía con una magnífica Magna Mariana. Fotos
El pasado sábado San Fernando volvió a vivir una Magna después de la que tuvo lugar en el año 2010, aunque en aquella ocasión fue una Magna Cristífera. Fueron las Dolorosas de las Hermandades isleñas, así como María Inmaculada, las protagonistas de este tan magno evento.
Los actos comenzaron realmente el viernes 29 de septiembre con la celebración de un Rosario de antorchas organizado por la Hermandad del Rocío, donde además del sin
pecado de la hermandad rociera de San Fernando, lo hicieron el resto de estandartes marianos de las diferentes hermandades. Tras la llegada a la Iglesia del Carmen, fue la Hermandad Carmelitana la que procesionó hasta la capilla de La Salle, desde donde partiría al día siguiente la Virgen del Carmen.
Y así fue como se inició el sábado con el traslado de la Virgen del Carmenhasta el atrio del Ayuntamiento, la cual presidiría la totalidad del cortejo. Destacable fue el paso de la Hermandad del Rocío por la Plaza del Rey, donde un cuerpo de piteros entró en la misma bajo los sones de la Salve Marinera, así como Salve Rociera y, tras ellos, la flamante carreta del Rocío, tirada por bueyes y que estrenaba decoración. La Virgen de las Angustias, dolorosa de la Hermandad de las Tres Caídas, hizo su primera salida procesional sobre un paso cedido para la ocasión por una hermandad barbateña.
Otra de las novedades para esta Magna fue el primer encuentro de María Santísima de la Victoria sobre el paso de Nuestro Padre Jesús de la Resurrección. La Hermandad de Humildad y Paciencia mostró a su dolorosa de una manera especial distinta a como lo hace en las tardes del Domingo de Ramos. En esta ocasión, María Santísima de las Penas no iba acompañada de las imágenes de San Juan Evangelista y María Magdalena, ofreciendo una estampa inusual, pero muy apreciadas por los isleños. De igual manera, la Hermandad de Ecce Homo dispuso a su dolorosa sin el acompañamiento de San Juan Evangelista. Otras imágenes destacables de esta Magna Mariana fueron la posibilidad de ver a plena luz del día el palio de María Santísima de la Esperanza de la Hermandad de Expiración, así como a Nuestra Señora del Rosario.
El ritmo del cortejo fue un poco más pausado de lo esperado pero, a pesar de ello, el público disfrutó. Sobre todo por los sonidos de las diferentes agrupaciones que componían el cortejo, así como la vuelta de cada dolorosa a sus diferentes parroquias, quizás éstas un poco deslucidas por el fuerte viento de levante, que acompañó al evento durante todo momento.
El cortejo finalizó sobre las 22.00 horas, cuando la Virgen del Carmen salía de la calle Ancha rumbo a su templo. A partir de ese momento los isleños acompañaron a sus dolorosas según su afinidad.
En cada barrido de la ciudad se pudieron encontrar diferentes estampas, que para siempre serán imborrables en la memoria como, por ejemplo, el paso de la Hermandad de la Caridad por las Siete Revueltas, dónde la agrupación musical Lágrimas hizo las delicias de los allí presentes con su popurrít de marchas de palio, adaptadas a su estilo de música.
En definitiva, un acontecimiento único para una ciudad cofrade como es San Fernando y donde se vuelve a demostrar que la ciudad y sus habitantes están totalmente preparados para organizar cualquier evento cofrade.