Marejada en San Roque
La falta de democracia y el desprecio a la opinión de los ciudadanos ya ha quedado suficientemente demostrado que tarde o temprano acaba por estallar por algún lado. En países africanos, y más recientemente en algunos árabes, estamos viendo cómo la imposición de criterios acaba en revueltas de las que pocas veces salen bien parados los opresores. Con los partidos políticos, a otra escala, por supuesto, ocurre exactamente lo mismo.
Si tomamos como ejemplo el Partido Popular, observamos cómo Mariano Rajoy, puesto a dedo por J. María Aznar -que a su vez fue aupado a la presidencia por Manuel Fraga- está viendo que a su alrededor cada vez más miembros de su partido cuestionan de forma privada e incluso pública sus planteamientos y formas de gobernar tanto al país como a su propio partido. Dentro del propio Ejecutivo los enfrentamientos entre C. Montoro y J. Manuel Soria han salido más de una vez a la luz por mor del déficit eléctrico. De la misma forma que cuando Rajoy argumenta que se deben subir los impuestos su compañero de partido, el presidente de Extremadura decide bajarlos, o cuando el ministro Wert sube la nota para becas universitarias hasta 5,5 el presidente de Castilla y León, compañero de partido también, anuncia que allí bastará con un 5. El levantamiento de varios barones del PP por el déficit en las CCAA o la polémica con la Ley Antitabaco con relación a Eurovegas son solo dos ejemplos más. Todo esto sin mencionar los continuos desmanes de Esperanza Aguirre para con su presidente.
A nivel local, hablando ya de Sanlúcar, ocurre más de lo mismo. Que el presidente de la agrupación local del PP, votado de forma democrática por las bases hace tan solo nueve meses, sea destituido junto a toda la dirección por parte de la Dirección Provincial, sin motivo aparente, traerá sin duda consecuencias negativas para ese partido y presagian meses tumultuosos en la sede de la Plaza San Roque a la vez que una más que previsible desbandada de afiliados. No voy a entrar a valorar la legalidad de la medida adoptada, pero sí me llama poderosamente la atención el motivo esgrimido por el secretario general del PP de Cádiz, Antonio Saldaña, que ha dicho textualmente "tras la huida de Irene García", el PP "apuesta fuerte por Sanlúcar y encomienda a Ana Mestre liderar el proyecto popular para el municipio". Y yo me pregunto, ¿era necesario esperar a que la ex alcaldesa “huyera” para que mandaran a Mestre a dar un paso adelante? ¿Acaso daban una batalla cuerpo a cuerpo entre Mestre y García por perdida?
En cuanto a lo expuesto por el Sr. Lara que relata una presunta financiación ilegal no tengo datos como para poder valorarlo, pero el hecho de que desde el PP se amenace con acciones legales -como suelen hacer siempre en estos casos- en vez de aclarar el asunto a sus afiliados y al resto de ciudadanos me deja con la mosca detrás de la oreja. ¿A vosotros no?