Foto. Antonioburgos.com.

De Antonio Martín García se ha escrito todo. Del chiquillo que salió de la Cruz verde, poco más se puede decir. Que podría contarse de alguien que contó su historia con la bendición de unos dioses que le dieron la sabiduría y el amor por su tierra.

Cádiz puerto de ida y vuelta, Cádiz puerta de los mares.

El mismo mar que lo vió nacer, allá por el 50 del siglo pasado. El mar que, al salpicarlo, lo impregnó de la fuerza, la valentía y la musa, para retar el trono, a cierto brujo, que Cádiz conoció, y merece ríos de tinta aparte.

Cádiz al mundo siempre abierto, quien le cierra el mundo a Cai.

El mismo mundo, de mayordomo viajero, de aventurero, de porteño enamorao, de rumbero, a la limón, con el poeta de santa maría.

Cádiz puerto de mar, Cadi industria naval, Cadi astillero Cadi astillero
Cádiz explotación cadi revolución Cádiz obrero Cádiz obrero.

El mismo trabajador de Aeronáutica, en puntales, que se encerraba en la factoría, para cantar desde su Caleta, el final de un obrero, mientras sus demonios barrían a los ángeles que le decían: Antonio aguanta por tu gente.

Contrabandista de coplas, hijo en libertad. Cantaste a más de uno, que ya se acabó el cuento. El genio de la comparsa

Cádiz siempre a la izquierda de la derecha y el capital, Cádiz a la derecha cuando la izquierda se le negó, Cádiz siempre a las puertas, puertas abiertas puerta del mar, puertas que hace tiempo, alguien le cerró.

El coplero sin miedo a los poderes, sin miedo a un premio, el que siempre antepuso Cádiz, su Cádiz, a todo. Gitano,Hyppy,calé, coplas, por, y para todos.

Cádiz de desembarco, Cádiz esperando barcos, Cádiz sin trabajar, Cádiz de portuarios desesperaos Cadi siempre parao. Cádiz es mitad de un puente, Cádiz de los currantes valientes Cádiz cobarde y aburguesado, Cádiz frente a puerto real, Cadi abandonao.

El mismo poeta de tango viñero, que no dudó en decirnos a la cara, que no solo es hacer encajebolillo, ni ser un trotamusico. Es luchar a fuego vivo en las calles, para que un soplo de vida libre, nos saque de las rejas en las que vivimos.

Cádiz por San Fernando, pañuelos blancos para los barcos, siempre esperando, se desespera se desespera.

El mismo Charlie Rives, Principiante y Mandingo, la voz negra del mundo oprimido y de la lucha social, invencible luchador de los que nada tienen, que le llevó un día, a esa locura, de Martin Burton, donde encontró la Quintaesencia. Cádiz, la mare que lo parió, para no ser nunca, títere al cual manejan los hilos, ni amigo de algún charlatán de feria.

Y vengan millones la puta Bruselas y venga un gobierno y otro gobierno.

El caballero de una piedra, que nunca se sintió aristócrata, flamenco por tarantos, nacido de un capricho Andaluz. Bienaventurado, camarón salinero.

Vecino de un patio de héroes
De toda España escuchaste los olés, tus letras claras como el agua de la sierra, nunca se escondieron tras una máscara, fuiste un buscavida, un quijote de este sur desterrado. Tu mar de coplas, remadas por un barquero hasta las tierras arrabaleras.

Pero astillero aquí sigue siendo Cai tu pena Cai tu pena Cai tu pena

Siempre formaste el revuelo con tus coplas, y como broche final, a una vida que es ley, nos dejaste tu penúltima obra fundiendo juventud y algunos de los de siempre. Felicidades Cádiz, por el coplero de los callejones, del gavilán, y la cruz verde. Cada mil años uno, y vino a caer en Cádiz

“El revuelo” (los viejos copleros nunca mueren) 2005 Antonio Martín García.