Cuando la UE ha logrado un acuerdo para que el 20% de la energía que se consuma en 2020 provenga de energías alternativas y EEUU ofrece incentivos para los que utilizan estas fuentes de energía en sus hogares, nuestro gobierno, el gobierno de la mayoría aplastante y apisonadora, ha decidido una vez más ir a contracorriente convirtiendo a las energías renovables en reprobables y castigando a estos usuarios con el fin de que se vean obligados a renunciar a ellas.

El borrador de Decreto de autoconsumo eléctrico, bajo la excusa de la compleja situación económica que afecta al sector, no se ha podido hacer más a medida de estas empresas que llevan incrementando nuestras facturas de forma sistemática y sin que existan visos de que vaya a acabar esta escalada insostenible. Gracias a este Decreto cualquier persona que para evitar estos abusos incontrolados en cuanto a precios hubiera optado por instalar en su casa un equipo de energía solar fotovoltaica o mini eólica, con el consiguiente gasto que esto supone, vería cómo debe pagar a partir de ahora por su propia energía un 27% más de lo que le costaría si se la comprara a cualquiera de las empresas-mafias existentes.

Por obra y gracia de lo que han llamado “peaje de respaldo” -pero que igualmente se podría denominar impuesto revolucionario o estafa a gran escala- el Sr. Rajoy garantiza a estas empresas poder seguir pagando el sueldo de los ex políticos nombrados a dedo como asesores a la vez que pone el pié en el cuello a todos aquellos consumidores que, crédito mediante, acometieron esta inversión con la intención de ahorrarse unos euros en su factura mensual y, a la vez, producir una energía menos contaminante. ¿Intercederá ahora nuestro presidente con esos bancos para que renegocien dichos préstamos?

Hace pocas semanas, durante una visita a Holanda, le preguntaba a un familiar cómo era posible que allí existieran tantísimas placas fotovoltaicas en las viviendas teniendo en cuenta las escasas horas de sol que tienen. La respuesta la sabía antes incluso que me contestara, era obvio: subvenciones estatales. En concreto se presupuestaron 22 millones de euros, que se agotaron todos, para el año 2012, subiendo hasta 30 millones para 2013. En la web que usan los contribuyentes holandeses para informarse y gestionar sus subvenciones, se puede leer textualmente: “Especialmente en tiempos de crisis la gente se preocupa por ver dónde y cómo poder ahorrar dinero. La energía es una parte importante del coste total de un hogar y aquí, por tanto, se puede ahorrar mucho dinero”. Leer que un gobierno se preocupa por la reducción del gasto de los ciudadanos me produce envidia, ya que aquí se dedican a usarnos para pagar sus propias facturas y cuentas pendientes llegando a tener la sensación de haber arribado a un punto de no retorno. ¿Qué será lo próximo? ¿Se les ocurrirá exigir a alguien que tenga un pequeño huerto que a partir de ahora tenga que pagar una cuota a Mercadona, por cada tomate o patata cultivada por él mismo que consuma, en recompensa por los 240.000 euros que esa empresa donó supuestamente al PP?