Publicado el: Dom, 14 Ago, 2022
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AxSí realiza un homenaje a la memoria de Blas Infante en el 86 aniversario de su muerte

En la mañana de este jueves 11 de agosto ha tenido lugar la lectura del manifiesto genérico, para visibilizar el legado de Blas Infante -padre de la patria andaluza y fundador del andalucismo-, por parte del portavoz del Grupo Municipal AxSí, Fran Romero, acto en el que ha incluido una ofrenda floral e interpretación del Himno de Andalucía por parte de la cantaora Carmen La Chica acompañada de Gabino Pérez a la guitarra.

La Isla fue, es y será andalucista. Y volverá a serlo desde el gobierno de esta ciudad. Eso es así porque San Fernando lo lleva en su corazón y en su forma de defender lo suyo. Y sobre todo porque abrazar el andalucismo es del todo imprescindible para el presente y el futuro inmediato de nuestra tierra. Es el único camino que tienen Andalucía y San Fernando para progresar. Andalucismo e isleñismo van de la mano, son las dos caras de la misma moneda. Es estar pegado a las calles y barrios, es huir de las caras alfombras palaciegas y los caprichos, es escuchar de forma humilde y ayudar desinteresadamente y sin distinciones a todo San Fernando.

En su día, los isleños demostramos en las urnas que era posible ganar a los grandes partidos de siempre, a los que siempre parece que todo se le perdona, para dirigir nuestro destino por nosotros mismos. Con aquel andalucismo San Fernando pasó de pueblo a ciudad gracias a otra forma de hacer política: sensata, responsable e isleña a rabiar, porque lo nuestro con razón o sin ella. Y estableciendo las prioridades con sentido común de lo que necesitan los cañaillas con sentido común. Queremos más que pan y circo. Queremos oportunidades, trabajos dignos, calidad de vida, zonas verdes atendidas, barrios limpios, alumbrado público, calles en buen estado. Queremos una gran ciudad que funcione, la que nos merecemos.

Con el paso de los años, sin embargo en Andalucía, aquella llama del andalucismo que deslumbró e ilusionó a nuestros padres redujo su brillo y desaceleró ese creciente sentimiento de pertenencia. Por delante tocaba reinvención y renovación para ilusionar a nuestros hijos. De vuelta a las raíces y de volver a encontrarnos a nosotros mismos. De recuperar la confianza. De adoptar nuevas formas que vuelvan a llegarnos a lo más hondo para despertar el andalucismo que duerme aletargado y latente como en ese león dormido, deseoso de rugir, de resurgir y de volver a las administraciones para dar un golpe en la mesa por el bien de nuestra tierra.

Afortunadamente, esta transición va tocando a su fin. Un verdadero nuevo andalucismo brota en un nuevo mundo en el que, por otra parte, la moda que ahora impera es que cualquier partido es andalucista y hace suyo el término con gran ligereza. Ahora el verde está en sus carteles cuando llegan las elecciones. Ahora sus candidatos se envuelven en nuestra Bandera para volver a meter la Arbonaida en un cajón hasta las próximas elecciones.

Que no os engañen. Son los mismos que siguen tomando decisiones desde despachos muy lejanos a nuestra tierra, los que ni siquiera se molestan en conocer nuestra Andalucía, aquellos que siguen moviéndose por intereses que no están aquí y obedeciendo ciegamente la jerarquía de partidos que dejan fuera de los presupuestos las necesidades y prioridades de nuestra tierra. Los que nos venden humo para luego olvidarse de nosotros otros cuatro años, los que permiten que el paro siga azotando nuestra comunidad como un mal endémico y los que nos niegan unas oportunidades que obligan a nuestros jóvenes, los más preparados de la historia, a marcharse de Andalucía para labrarse un porvenir.

Nosotros no guardamos la Bandera para sacarla cada cuatro años. Siempre tenemos la Blanca y Verde presente en nuestro corazón. ¿Qué pasaría si nos sentáramos a la mesa a negociar los presupuestos de las administraciones? Pues que la defensa de nuestros intereses se harían realidad: empleo, sanidad, educación, comunicaciones, etcétera.

Hoy nos reunimos para conmemorar el octogésimo sexto aniversario del asesinato a sangre fría de Blas Infante, el Padre de la Patria Andaluza. Y lo hacemos porque tenemos claro que los valores y el Ideal Andaluz que nos transmitió Blas Infante son perfectamente aplicables a nuestra actualidad. Sobre ellos también se asientan los pilares de este nuevo andalucismo. Muy conocido el nombre a nivel popular, pero poco conocida su obra en colegios, institutos y universidades.

Desde aquí hacemos un llamamiento a todas las administraciones educativas a ahondar en su figura en los respectivos planes de estudio. Personaje complejo y poliédrico que va más allá de erigirse en el arquitecto de la identidad andaluza: abogado, notario, políglota, investigador, humanista, líder de las causas sociales, defensor de los derechos de la mujer, conciliador, nacionalista incluyente y solidario, enemigo de los políticos acomodados y adelantado a su tiempo. Profundicemos en su obra. Él mismo escribía: “Sin ser leído, seré despreciado”.

Somos conscientes del ingenio andaluz que nos hace únicos como pueblo y de la resiliencia que siempre nos hace salir adelante a pesar de las muchas adversidades que afrontemos. Sabemos que nuestra cultura y peso demográfico nos convierte en una fuerza integradora. Si tomásemos conciencia de nuestro enorme poder como pueblo no habría nadie que nos pudiese parar. Todo eso y mucho más nos enseñó Blas Infante, que fue fusilado en una España en la que defender tus ideas era motivo más que suficiente para que te arrebatasen la vida. Y por eso no podemos dejar que su valioso legado caiga en el olvido.

Y un buen ejemplo de esa resiliencia andaluza es la actitud de las trabajadoras del servicio municipal de ayuda a domicilio. Ellas han tomado conciencia de su fuerza. Tenedlo claro: el éxito de vuestras reivindicaciones y lucha es únicamente vuestro. No permitáis que nadie políticamente se apropie de vuestro logro. Sólo vosotras sabéis cuanto habéis sufrido. Sólo vosotras sabéis lo duros que han sido esos sesenta y nueve días de vigilia, con sus largas noches, a las puertas del Ayuntamiento, sin empatía alguna por parte de la que gobierna esta ciudad.

Agradezco que hayáis aceptado nuestra invitación y nos acompañéis en este importante acto y en la ofrenda floral. Representáis lo mejor de Andalucía: mujeres trabajadoras y cabales que luchan por la dignidad de su puesto de trabajo cual leonas que un día gritaron “basta ya de pisotear nuestros derechos”, que se levantaron contra el poder municipal absoluto, acomodado y cómplice. Nos inspiráis y nos marcáis el camino. No os podéis ni imaginar lo orgulloso que estaría de vosotras Blas Infante. Vuestra lucha fue su lucha en el campo andaluz.

Concluye un ciclo, comienza otro. Regresan la esperanza y la ilusión. Ha llegado el momento de creer en nosotros como pueblo de una vez por todas, de que lideremos, desde La Isla, nuestro propio destino y nuestras decisiones no las tomen otros. No hay reto que no podamos alcanzar, no hay sueño que no podamos conseguir. Tomemos conciencia del poder de este nuevo andalucismo isleño por la propia supervivencia de nuestra tierra.

Tal y como dijo Blas Infante en el Himno que nos dejó: “Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos”. Andaluces, andaluzas de La Isla de San Fernando, levantaos y gritad conmigo “¡Viva Andalucía libre!”

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