Una Isla fervorosa hace del Jueves Santo el día clave de la Semana de Pasión
El día más largo de la Semana Santa isleña, ya que se junta el Jueves Santo con la ‘Madrugá’, se despertaba con unas temperaturas prácticamente veraniegas que acompañaron durante el resto del día a las hermandades isleñas, las cuales este día son muy madrugadoras.
La Hermandad de las Tres Caídas, del barrio de la Bazán, saldría a las 14.30 horas de la mañana, la hermandad más joven con la que cuenta la ciudad, de momento, y con un cortejo que poco a poco va creciendo. Las túnicas blancas con capas burdeos se abrían paso hacia el centro de la ciudad a un ritmo frenético conscientes de la distancia con que les separan del centro de la ciudad, llegando a Carrera Oficial en su horario establecido a las 18.45 horas.
El regreso por el barrio de la Iglesia Mayor desembocó en la Plaza de Juan Vargas, donde se le cantaron varias saetas, así como marchas. Un espectáculo que cada año llama la atención de más personas. El paso de la hermandad por el puente Jesús del Gran Poder también es ampliamente seguido por la ciudadanía, que no dudo en acompañar a esta joven hermandad hasta su recogida sobre la una de la mañana.
La Hermandad del Perdón abría las puertas de la Parroquia de la Inmaculada Concepción puntualmente a las 15.45 horas. La hermandad del barrio marinero de La Casería, con un barrio que se vuelca totalmente con ella y que por año que se sucede crece de manera agigantada. Un cortejo exquisito, cuidado al máximo. El paso dorado de Misterio del titular cristífero de la hermandad, Nuestro Padre Jesús del Perdón, se abría paso por la calle Magallanes a un ritmo mayor que el del resto de hermandades isleñas haciendo posible con ello que en poco más de tres horas y media recorriera los más de dos kilómetros que separan su Iglesia de la Carrera Oficial.
El recorrido de vuelta, que cada año cuenta con más fieles, tuvo su punto álgido en su barrio donde cada año es esperado por todo un barrio que, seguramente, cuentan los días que puedan faltar para ver a su Dolorosa, María Santísima de la Paz, acompañando a su hijo cada Jueves Santo por las calles de La Isla.
La Hermandad de Misericordia abría las puertas de la iglesia de la Pastora por última vez esta Semana Santa a las 18.30 horas, con una plaza a rebosar de público, y que no dudó en acompañar desde el primer momento tanto a Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, como a María Santísima de la Piedad, la cual estrenaba la terminación del techo de palio, dando una grandeza a uno de los palios más completos de la Semana Mayor. Tanto en su itinerario de ida como de regreso, los horarios fueron respetados al minuto, recogiéndose en su horario sobre las 23.30 horas.
La Iglesia Vaticana y Castrense de San Francisco casi abre las puertas a una nueva ‘madrugá’. La Hermandad de Expiración, con un itinerario donde destaca el recogimiento por la ausencia de luz en su itinerario y el respeto que la ciudadanía le demuestra a la misma nos recordaba que Jesucristo está a punto de morir en La Isla.
Este año brillaba por encima el palio de María Santísima de la Esperanza, con la terminación del bordado del interior de las bambalinas laterales, así como la restauración del manto de la Dolorosa, donde hay que incluir los candelabros traseros del paso de palio que tantos dolores de cabeza ha dado a la hermandad desde que se intentaron estrenar hace casi cinco años.
La recogida, a la 02.30 horas de la mañana, da señales de que la Madrugá ha comenzado.
A las dos de la mañana, ante una Plaza de la Iglesia a rebosar, se abrían puntuales las puertas de la Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo, para dar salida a los penitentes morados de la hermandad isleña de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. El andar de la cofradía durante su itinerario fue constante, sin parones dignos de mención. Eso hacía que numeroso público acompañara a la hermandad isleña durante todo su itinerario, itinerario que, con acierto, evitó su cruce con la zona de confluencia de bares, intentando de esa manera que la estación de penitencia pueda tener un carácter de más recogimiento.
En resumen, una jornada de Jueves Santo y Madrugada que deja entrever que la semana de pasión isleña se ve abocada a su fin, con una ciudadanía que no dejó de disfrutar de sus hermandades, aunque si en jornadas anteriores se hablaba del respeto, silencio y recogimiento con que estaba sorprendiendo los isleños, la pasada madrugada había zonas que eran todo lo contrario. ¿Quizás ha llegado el momento de modificar horarios y que la Hermandad de la Madrugá salga en un horario vespertino?