Publicado el: Mié, 4 Nov, 2020
Opinión

Feliz cumpleaños

Fotografía. Leonor Montañes Beltran.

Déjame hoy jugar con el tiempo, el tiempo ese que descumple años, como tú, que no tienes edad, simplemente porque no importa la edad que tengas. Déjame meter en el olvido los años que restas al calendario. ¡Qué más da el tiempo cuando el tiempo eres tú!.

El tiempo que aturrulla los momentos. El tiempo que te enseña amigos de verdad y amores a la deriva, te capacita para distinguir los besos de tuera o de azúcar, versículo de los años que te hacen hermosas dobleces alli donde la piel. Toque de seda.

Los años entonces son el tiempo que sí haces que pase desapercibido. Tiempo inexistente este tiempo tuyo, que sin embargo tú te crees que acumulas sobre los hombros. Los años rejuvenecen allí donde tu vida. Los años que vienen sin un nuevo mundo que se acurruca en tu regazo, los años que se van y te colman de experiencia, y son odas de memoria y rabia.

La vida continúa entonces resignada ante tu indiferencia, ante su negativa a envejecer, eterna de juventud.

.Yo tampoco creo en la edad, sobre todo cuando se tienen ojos de infancia, ojos que nos miran y sonríen con las pupilas de par en par. La edad es la vida que tiene el tiempo y el tiempo no mide distancias. El tiempo lo que mide son acciones, bondades, ternuras...todo aquello intangible que nos define.

Mientras sigas teniendo curiosidad el tiempo no podrá medirse, porque es esta, la curiosidad, lo que nos diferencia, los que nos hace más jóvenes o más viejos. Pero no el tiempo, ni las edades, ni las arrugas, ni la presbicia de unas manos que siguen siendo capaces de engendrar caricias. Apogeo de vida, no vejez, la vejez para aquellos que se esconden en los temblores de unos ojos que apenas ven, pero no en los tuyos que siguen diferenciando el color de una puesta de sol, de unas nubes grisáceas que guardan una lluvia que no acaba de caer, el arcoiris de las flores, incluso el cuerpo endeble de una orquídea, tan fácil de mirar y tan difícil de ver.

Tal día como hoy el tiempo te puso en la tierra, te abrió los ojos curiosos que desde entonces andan al retortero. Tal día como hoy empezó tu vida, lo que eres hoy, aquí y ahora. Y ya mañana y siempre. Viceversa de infinito.

Tal día como hoy los cincos sentidos del mundo dieron a luz a la vida, así, como quien no quiere la cosa. Y aunque me contradiga, por esta negación inherente a mí a contar o a medir el tiempo, aunque me lluevan los golpes, ya indoloros, de aquellos que me señalan, les pongo -te pongo- en bandeja mis contradicciones para desearte simplemente, feliz cumpleaños.

Sobre el autor

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