"Nadar a contracorriente"
El caso, es que puestos en el camino de la vida, teniendo claro que quieres y a donde vas, corrigiendo aquello que se torció y te perjudicó en algún momento, pones todos los ingredientes para que, en aquello en lo que errabas, ahora vaya de una manera cuasi perfecta.Y es entonces cuando por fin tienes aquello que te da paz, te equilibra, te suma, te aporta y te hace crecer. A su vez, te alejas de aquello que quieres apartar, lo tóxico, lo despreciable, aquello que te hacía empobrecer ante determinadas situaciones. Y ahora comienza lo bueno, empiezas a andar y dar pasos dejando todo lo que no te interesa o te conviene a un lado, empiezas a cambiar tu modus operandi para que lo resultados no sean los de siempre, empiezas, a preocuparte por todo aquello a lo que nunca hacías caso, para esperar los nuevos resultados que tanto habías esperado y es, en ese preciso instante, en ese momento, cuando crees que todo es lo correcto, que el resultado se pondrá de tu parte ... y coge la vida, y te vuelve a dar la espalda.
Entonces te preguntas. ¿Es esto por lo que he luchado? Ahora que todo marcha bien, ¿el resultado va a ser el mismo de siempre ... Te dan ganas de abandonar, de no creer en lo que has hecho, de volver a tu pasado, de caer en antiguos errores.
Es, en ese preciso instante, cuando hay que "Nadar a contracorriente". Por primera vez, no caer en antiguos errores, sino "Nadar a contracorriente". Porque es, en esos momentos cuando quieres abandonar, cuando crees que todo es lo mismo, cuando todo parece ser negativo, calamitoso o caótico y sin embargo, es ahí, cuando más debes apostar por tu decisión, porque mañana saldrá el sol, porque trabajaste para crecer. "Nadar a contracorriente". y si el resultado no es el esperado da igual, apostaste hacia donde decidiste, pleno, lleno, tú en todo tu ser, seguro de ti. Sin dejarte llevar por lo fácil.
Exhausto, cansado, constante, perenne con una idea en la cabeza, que lo que buscas aunque difícil, aunque contra corriente, es verdadero. Y el resultado no debe influenciar en el proceso. No siempre que hagas las cosas bien el resultado es el esperado, pero siempre que te dejes llevar, el resultado será aleatorio, sin razón, sin ser tú, y lo que es peor, nunca te encontrarás bien contigo mismo. La diferencia radica en solo un matiz. Cuando el camino no te sonría, nada a contracorriente.