Efectos perversos de la reforma laboral (crítica objetiva)
La última Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre de 2013 hecha pública este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado la tragedia más grande vivida por España en su historia más reciente: en España hay 6.202.700 desempleados hasta marzo de este año, siendo la primera vez que se supera la barrera de los seis millones de parados.
Debemos tener memoria y recordar el dato de la EPA del primer trimestre del año pasado, el cual ya arrojaba la escalofriante cifra de 5.639.500 desempleados con una tasa de paro del 24,4%-, que es la primera EPA que empezó a contabilizar los efectos de la REFORMA LABORAL, que entró en vigor el 10 febrero de 2012, por tanto es objetivo decir que el paro se ha incrementado un 10%, con 563.200 desempleados más.
Esta cifra supone que cada día desde hace un año hay unos 1.550 empleos menos, o lo que es lo mismo, se despiden 64 personas a la hora, o lo que es lo mismo, uno cada minuto, desde la última EPA que cuenta ya los efectos de la entrada en vigor de la reforma laboral. Obviamente, transcurrido un año, se puede afirmar de manera categórica que la REFORMA LABORAL, ha sido un instrumento equivocado, puesto que el efecto producido ha sido el contrario del deseado, ya que lo que ha conseguido es producir una trágica sangría de puestos de trabajo.
Ya sé que algunos dirán que, siendo socialista, no iba a decir otra cosa, pero les doy mi palabra que, al margen de las ideas políticas que pudiera profesar, estoy tratando de ser objetivo al analizar los datos de la Encuesta de Población Activa.
Si nos remontamos aún a un año más, es decir al 2011, trágico año del último mandato Zapatero, deberíamos recordar que la cifra de destrucción de empleo se elevaba a unos 850 cincuenta empleos por día, y ya entonces nos parecieron cifras escalofriantes, que bien emplearon los que hoy gobierna para asegurar que había que cambiar el rumbo de la política, ofertando soluciones que nunca fueron capaces de poner en práctica.
Se demonizó a Zapatero, y ni siquiera voy a valorar si aquello fue justo o no, pero con las políticas del último gobierno socialista, la repercusión sobre los trabajadores nunca fue tan cruel como lo está siendo ahora, aun siendo igualmente dramáticas.
Los populares afirmaron a boca llena, sólo hay que tirar de hemeroteca, que ellos rebajarían el paro, y que solventarían la economía, y lo cierto es que han hecho justamente todo lo contrario. No iban a subir los impuestos, y lo hicieron, tanto el IRPF como el IVA, no iban a tocar los salarios, y lo hicieron, y lo peor de todo, han despojado a todos los trabajadores de importantísimos derechos conquistados con sudor y sangre, dejándolos nuevamente en una situación de desamparo que difícilmente se podrá corregir en el futuro, desacreditando a los sindicatos y desmontando el Estado del Bienestar.
Y para colmo, el Gobierno afirma que pese a lo "dramático" de los datos, existe un cambio de tendencia hacía una menor destrucción de empleo, curiosa manera de interpretar los datos de la EPA, obviando de manera maliciosa que si baja el nivel de destrucción de empleos no es porque se esté frenando la sangría, sino porque cada vez hay menos población activa por una reducción de la propia población española, cada vez más envejecida, y por un éxodo histórico de jóvenes que emigran en busca de trabajo a otros países más ricos, e inmigrantes que regresan a su país de origen desencantados y empobrecidos.
Hasta desde Bruselas, el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha calificado de "inaceptables" estas cifras, y ha pedido la aplicación inmediata y urgente de nuevas políticas activas de empleo, pero lamentablemente el Consejo de Ministros de este país ha vuelto a aprobar nuevas medidas económicas de recorte, preocupándose exclusivamente de que España cumpla con los compromisos a medio y largo plazo para reducir el déficit público. ¿Y que pasa con los españoles que lo están pasando mal? ¿Qué piensa hacer con todas esas personas que han perdido sus empleos y que no tienen un mañana? ¿Qué se va a hacer con todas esas personas a quienes se les ha robado el futuro y la esperanza de poder encontrar nuevamente trabajo para poder nuevamente recuperar la dignidad en sus vidas? ESTO ES UN ESCANDALO.
De todas formas, la oposición no está siendo acertada. Eso también hay que reconocerlo, porque como socialista me avergüenzo de que mi partido no diga de manera clara y contundente que si gobierna retirará inmediatamente esa maldita ley que se mal llamó REFORMA LABORAL. Para mi forma de entender la política, esta si que sería una verdadera PROMESA ELECTORAL, presentarse a la nuevas elecciones cuando toque, asegurando a los ciudadanos que si nuevamente el partido socialista vuelve a gobernar, retirará al día siguiente de empezar a gobernar esa ley, la REFORMA LABORAL, que tanto daño ha hecho a los trabajadores de este país, con la aplicación inmediata de una nueva ley mucho más razonable, más lógica, más justa, más progresista, más valiente, más humana.
Es tiempo de ser valientes, y este debería ser el eslogan del partido socialista, terminar principalmente con la Reforma Laboral, de manera tan contundente y urgente como Zapatero sacó de Irak a los militares tras aquel atentado que los populares, aún hoy, se empecinan achacarlo a un atentado de ETA, cuando todos sabíamos que aquello fue consecuencia de las políticas cómplices de Aznar, con un gobierno americano que mató en nombre de unas armas de destrucción masiva que ni existieron ni existirán. (Mentiras y más mentiras y siempre mentiras)
Es cierto que el PSOE ha insistido en retirar la reforma laboral, pero con esto no es suficiente. Hay que imponer de alguna manera un "cambio de rumbo urgente" para corregir la "desastrosa política económica" del gobierno.
Los trabajadores no podemos ser las principales víctimas de la crisis, perdiendo nivel adquisitivo, empobreciéndonos en torno a un 35 % en menos de un año, despojándonos de nuestros derechos, de nuestra dignidad de trabajadores, y lo peor de todo, expropiándonos en el peor de los casos de nuestro trabajo, que no debemos olvidar, es un DERECHO CONSTITUCIONAL.