Día de playa
Se puso el bañador, preparó la ropa, y comprobó de nuevo en la app que hoy le tocaba. Su DNI terminaba en 4. Bien. Menos mal que el de su pareja también acababa en 4.
Llevaban muchos meses esperando este momento. Se puso los guantes, la mascarilla y se fue directo para el coche. Allí con el hidroalcohol limpió el volante y el salpicadero. Bueno, ya está, arrancamos. Se pasó a recoger a su pareja. Cuando estaba debajo de su casa, esperando a que bajara, se le acercó un policía. Abrió la ventana y le mostró su DNI. Ok. Al rato bajó su pareja. El policía se quedó esperando y también comprobó su DNI. Ya tranquilo el policía los dejó solos. Le mandó un beso en la distancia y ella se sentó en el asiento de atrás. Bikini, pareo, guantes y mascarilla. Aun así, siempre tan atractiva.
Tras veinte minutos llegaron a la playa. Era muy temprano, aun así aquello era una feria. Pudo aparcar rápido. Su coche era pequeño y pudo entrar en un hueco imposible. Salieron y se encaminaron con la distancia de un metro, rumbo a la larga cola para poder acceder a la playa. Los policías se encargaban de que se respetasen las normas. Cuando estaban a escasos diez metros del arco de medición de temperaturas, vio a los que estaban delante suya mirando el móvil y saliéndose de la cola. Habían tenido suerte. El del arco había dado positivo y los nueve de detrás tenían que confinarse ahora durante dos semanas más. El era el décimo. Se libró.
Pasó por el arco, negativo. Se quitó toda la ropa hasta quedarse en bañador y pasó por la ducha de hidroalcoholes. Esperó a su pareja como se quitaba elegantemente su pareo y salía victoriosa de los controles. Llegaron por fin.
Anduvieron un rato hasta donde había poca gente, colocaron cada uno su sombrilla, y pusieron las toallas a un metro de distancia. Menos mal que habían sacado unas mascarillas transparentes que permitían que pasasen los rayos de sol. Se fueron ambos al agua con la debida distancia y al notar el frío del agua… sonó la alarma.
Vio la hora, se levantó, se puso el bañador, preparó la ropa, y comprobó de nuevo en la app que hoy le tocaba….
Jesús Quintero.
Profesor del IV Curso de Escritura Emocional (23-29 de abril) enlace