¿No nos gustaba el miedo?
Había cierto morbo entre la población más joven, que jamás había vivido una situación de riesgo, por fantasear con algo parecido a los que nos ha traído el COVID-19. Un estado de alarma, confinados en nuestros hogares y con medio país paralizado.
Desde que Pedro Sánchez sacó adelante el Real Decreto de la nueva situación de España, locales de ocio y de hostelería, centros educativos, tiendas de ropa y juguetes y demás negocios que no vendan, o sirvan, productos de primera necesidad, deben permanecer cerrados.
No obstante, nos encontramos con que varias empresas que no son de vital importancia para el libre desarrollo de los derechos fundamentales de las personas, se están pasando las medidas por el forro. Cuando el teletrabajo no es una opción, la vena de buena persona se esconde y sale la sombra codiciosa.
Menos mal que muchas plantillas se han negado a trabajar y han empujado al empresario a acatar la orden del Estado, como muchos ciudadanos estamos haciendo desde hace varios días metidos en nuestras casas.
Algunos tienen buenas azoteas, terrazas, jardines … La mayoría de los mortales tenemos las habitaciones indispensables y listo. Según donde te toque, y con quien te toque; porque los peques, o mayores, afectan mucho al equilibrio del hogar; la “condena” puede hacerse más, o menos, llevadera.
Muchos volaban de su casa a bares y pubs a beber, a ver el fútbol, o se iban al cine, a estudiar a la biblioteca, o incluso se despejaban en sus zonas de formación, o de trabajo. Ya eso se acabó, ahora es tendencia bajar al perro o ir a por el pan, las dos excusas legales más solicitadas estos días.
Entonces, ¿estamos todos protegidos? No. Una lástima que nuestra preciada sanidad pública, que al mismo tiempo queremos matar de hambre, sea la que tenga que luchar contra el virus. Que oficios tan menospreciados como cajeros de supermercado, se estén dando palizas por la histeria colectiva de comprar comida y papel higiénico. Que las farmacias, tan olvidadas si no las necesitas, no tengan descanso vendiendo los fármacos que nos manden … incluso, los siempre discutidos, cuerpos y fuerzas del Estado, se están arriesgando para mantener el orden y que nadie se salte el estado de alarma.
Sin embargo, la población es muy plural y diversa, así que nos podremos encontrar de todo. Desde personas tranquilas que acatan las circunstancias, aunque no les guste, y pasotas descerebrados que buscarán tres pies al gato para escaparse de su casa y seguir saliendo al atardecer a fumar sus cigarrillos y beber sus cervezas. Si son pillados tendrán sus consecuencias, y si están enfermos y no lo saben, nos están jodiendo a todos.
En el Gobierno las diferencias entre derecha e izquierda se han disipado ahora mismo. Ya habrá tiempo para que rueden cabezas, porque tendrán que rodar con los pifiazos que se han ido metiendo desde el minuto uno con esta crisis sanitaria. Pero ahora mismo, me gusta que la mayoría de políticos remen juntos en la misma dirección.
Muchas personas del Arte y la Cultura se han propuesto amenizar el encierro desde las redes sociales aportando sus granitos de arena. Una poesía, unas canciones, unos cuplés, un romancero, un libro, doblajes y virales de humor. De igual modo, las redes se han convertido en verdaderos patios de vecinos, donde cualquier información vuela más rápido que nunca, puesto que la mayoría estamos atentos a lo que nos rodea.
Alternativas a mirar pantallas, las ventanas, y sobre todo a las 20hs. Se lleva practicando, cuál dinámica de grupo, aplausos para homenajear y agradecer a diversos colectivos, según el día. Se empezó con los sanitarios, se siguió con las personas que no pueden dejar de trabajar y están siempre ahí o por las víctimas del COVID-19.
Esto es una situación que entre todos sacaremos adelante. Como en todos lados, habrá gente menos activa, o colaboradora, pero la mayoría efectiva, sacará la situación de la mejor manera posible. Y algún día, aunque ahora mismo digan que puede que pasemos más tiempo del establecido, al final podremos; y todo esto no será más que experiencias para posibles futuros desoladores.