El prólogo como género literario
Lo que ha traído la modernidad, estos dos últimos siglos, es la valoración de nuevos géneros literarios, unos, de nueva acuñación, otros antiguos, que se han percibido de otro modo.
Uno, de esos géneros o subgéneros literarios, que se han empezado a valorar, y, que se han empezado estudios académicos –empezar, no me refiero a ayer sino en estas décadas-, es el prólogo y es el epílogo. Diversa suerte han corrido y recorrido, el prólogo como un subgénero que está a mitad de camino entre la crítica y la teoría literaria, y, el homenaje al autor y al libro. Es una mezcla de loa y homenaje agradable, y, de explicación e introducción al libro.
El prólogo, por lo general, suele estar escrito por otro autor que no el autor o autora del libro, pero también, puede disponer de dos prólogos, aunque a veces, con distinto nombre, prólogo o, y, proemio. Uno, del autor, otro, de otra persona, con fines diversos en la explicación –o, un proemio del editor-. O, puede ocurrir como en Hojas de Hierba, de Whitman que cada edición, fue haciendo un nuevo prólogo, con lo cual, después la crítica ha ido estudiando, a veces, en algunas ediciones, recorriendo y publicando todos los prólogos, porque es una manera introductoria profunda de análisis del texto.
Diríamos, que los humanos nos hemos dado cuenta, que los géneros o subgéneros secundarios en la literatura y en la producción cultural, merecen un estudio y un análisis, porque nos pueden indicar ideas y conceptos importantes para entender el alma humana, y, los actos humanos, y, las realidades sociales y naturales de los humanos... por eso, en estos dos siglos, más o menos, menos o más, se han ido pergeñando estudios y análisis sobre esos que se podrían haber denominado "géneros menores literarios", por ejemplo, dentro del periodismo literario: "los sueltos", o las "notas a pie de la fotografía". Y, están dando mucho juego a la hora de la interpretación, pero queda un campo a trillar y laborar, muchos doctorandos que no saben sobre qué hacer una tesis, aquí les ofrezco dos temas dentro del periodismo y la literatura –además de las editoriales de los medios, editoriales sean de radio o de prensa escrita o digital...-.
De pasada las "deducciones de los libros", es una realidad, no me atrevo a indicar género, ni subgénero, que puede permitir un estudio de investigación, se parecería algo semejante al aforismo, o a esos estudios de los "textos escritos en las lápidas de los cementerios". Algo semejante quizás más al texto corto con distintos fines –algunos dirían que se parece más bien, a los eslóganes de la publicidad o de la propaganda-. De ahí, que está surgiendo un nuevo interés, por subgéneros del ensayo –como la arenga militar, los mítines políticos, las conferencias de empresa cuándo indican unas pequeñas palabras, los sermones de las religiones en sus servicios religiosos, los pequeños discursos de aberturas de fiestas o ferias o pregones, etc.-. Todo muestra, que el texto hablado o escrito, sea del tipo que sea, está alcanzando mayor importancia para el estudio y la investigación, porque al final, nos explican mucho de nosotros mismos...
La Fundación Umbral en su Web oficial sobre Francisco Umbral, ha abierto una etiqueta publicando los prólogos que Umbral fue haciendo de docenas de libros, propios y ajenos. Creo que ha sido una iniciativa buena y positiva, porque pueden abrir nuevos campos. Por lo general, en las obras completas de los escritores, se suele dejar un tomo, digamos de los diez o doce que constituyen su producción como obras completas, a todos los "géneros sueltos", todo lo que no encaja en el resto de la producción...
Diríamos que en este sentido, estos dos siglos, poco a poco han sido la valoración en positivo, de esos géneros que parecían secundarios, y, que en muchos casos, quedan relegados, por ejemplo, las Cartas, se dice que la Fundación Camilo José Cela, dispone de noventa mil cartas –si es cierto este dato, sería un archivo enorme de producción cultural humana, en la que se reflejará al escritor Cela, y sus interlocutores..., con lo cual, nos pueden producir distintas ópticas y perspectivas, también del siglo, porque los escritores como los peces viven y nadan en su medio social-.
¿Es el prólogo un género literario? Yo, me atrevería a plantear la pregunta de otra manera, si juntásemos un conjunto de prólogos de un autor, digamos cien, y, publicásemos todos en una sola unidad o libro, ¿tendría unidad, tendría valor?, ¿en definitiva, con el tiempo podría aspirar a ser una obra maestra...?, ¿un conjunto de prólogos de un mismo autor, mañana o dentro de cien años, podría ser esa "unidad como libro", una obra maestra y ser parangonáble a un libro de ensayo, por poner un ejemplo, de gran valor de calidad, y, ser leídos durante generaciones, para que nos proporcionen cables y claves para comprensión de la realidad y del yo y de la sociedad y del nosotros y de las ideas y de la cultura y de la metafísica...?
El prólogo, como casi tantas palabras de la cultura, de etimología griega, lo que viene antes y a favor de, yo, me atrevería a decir, la loa y alabanza de lo que viene antes del libro o del texto –existen prólogos que serían a exposiciones plásticas o a conciertos musicales, antes de las partituras o antes de los libros de dichas exhibiciones...-.
Como todo lo humano, nada se fija totalmente, salvo las ecuaciones de la ciencia, porque todo va cambiando, así, como hemos indicado en los prólogos de Whitman, pero también sucede en La Colmena de C. J. Cela, que diríamos nos van dando una perspectiva, no solo de la obra, según la recepción, sino del autor como la va interpretando a lo largo del tiempo, o, incluso de la situación sociopolítica o sociocultural de su sociedad y su lengua, y, esto va intentando refrescarlo el mismo autor del prólogo y del libro. Todo cambia, una obra en sí, una obra equis, de un autor zeta, va cambiando a lo largo del tiempo. Una obra clásica, sea de Homero o sea de Dante o sea de Dostoievski, es clásica porque como una nube-espejo-caleidoscopio, de mirarla y remirarla nos va diciendo nuevas cosas sobre nosotros mismos...
Los prólogos son esas nubes que nos van hablando de forma distinta de la obra y del autor o del autor de sí mismo... Otro día, o quizás ningún día, hablaremos un poco no solo del prólogo, sino del proemio, del prefacio, de la introducción. Aunque yo creo, que habría que incluirlos todos esos subgéneros del prólogo, en eso, en ser subgéneros del prólogo.
Estimado Sr. Caminero,
Efectivamente, en la Fundación Camilo José Cela se conserva un epistolario de 14.000 remitentes con una cifra cercana a las 95.000 cartas. Es un epistolario bilateral, ya que se conserva también copia de las repuestas del Sr. Cela, con lo que, no solo se puede conocer a CJC, sino a toda la intelectualidad de la época. Un saludo.