La lengua hablada y la lengua académica y la lengua literaria
Una lengua, podríamos indicar que dispone de tres grandes registros: la lengua que se habla, la lengua literaria-filológica-académica oficial y la lengua literaria-retórica.
Las tres lenguas, como si fuesen tres islas se interrelacionan entre sí. Se crean puentes y pasarelas y túneles y vías y acueductos. Y, eso es lo que hacen los seres humanos, cualquier ser humano, emplea determinadas palabras y en determinado sentido, y, algunas de éstas pueden que pasen al lenguaje de un grupo o sector o estrato social, y, después, al lenguaje-lengua común, y, al mismo tiempo, al lenguaje-lengua literaria, y, al final, es aprobada, en nuestro caso por la RAE.
Este es el enorme trabajo, entre otros de la RAE, este es el enorme trabajo de intentar que todas las palabras y todas las acepciones y todos los términos y todos los vocablos de la lengua que llamamos española, cuándo nos dirigimos al exterior de la Península Ibérica, y, castellana o castellana-española cuándo es para el consumo del interior de la Península, para que nadie se ofenda. Porque no son tiempos para ofender, no deseamos ofender. Porque las lenguas son una riqueza, siempre que se utilicen con racionalidad y prudencia, y, no como espadas y hachas y lanzas –cosa que habría que examinar como la estamos utilizando en estos últimos lustros...-.
Los literatos, seamos de más importancia o de menos, de mayor recorrido o de menos, de un futuro más claro o menos, utilizamos los tres tipos de lenguas-lenguajes que antes hemos indicado. Inventamos neologismos y giros lingüísticos, utilizamos lenguas populares, incluso que están mal hechas, utilizamos la lengua oficial y académica. Utilizamos todos los tipos de la lengua. Se entiende que un artículo periodístico como éste, es un constructo-artilugio-invento-diseño que entra dentro de la categoría de un género literario. Por lo cual, además de periodismo y actualidad es literatura. Y, como literatura como en un cocido metemos todo lo que nos parece adecuado insertar.
Sabemos que eso nos llevará a menos audiencia, pero buscamos más racionalidad y más prudencia y más argumento, por tanto más verdad, más bienes útiles, más bienes morales y más bondad... Es el fin, una columna periodística es algo, que usted puede leer o pensar, para darse cuenta, que existen muchas otras cosas en la vida, además de sus problemas laborales o domésticos o sociopolíticos o metafísicos-religiosos-espirituales... que existen cosas pequeñas, como un botijo, o como una palabra...
Nos habla de Cervantes, siempre estamos hablando de Cervantes en este terruño, en otros hablan de Dante o de Shakespeare o de Goethe o de Dostoievski o de Montaigne o de Pessoa, pero nosotros tenemos que hablar de Cervantes, no nos queda otro remedio... la notable filóloga Lola Pons Rodríguez, en un artículo titulado: Muy generosísimo maestro, publicado en El País, el 04 de mayo del 2024, nos recuerda y cita al maestro filólogo de varias generaciones en España, el señor Rico, al que nos recuerda y al que hace un homenaje, porque ha fallecido hace unas semanas. Esta modesta pluma se une a ese recuerdo-homenaje...
Van pasando los maestros, maestros en multitud de áreas, aquellas personas que los de su ramo acaban diciendo que son esenciales para sus tiempos, para entender y comprender sus disciplinas. No sabemos cómo se recordarán, porque existe el purgatorio de los escritores, concepto que le explico, por si no lo sabe, que en vida disponen de bastante fama, y, después fallecidos, pasan como a una situación de limbo o purgatorio. Algunos despiertan, y, otros se van enmudeciendo poco a poco. Mientras están respirando aire, y, realizando conferencias, artículos, presentaciones, libros y toda la realidad cultural, pues tienen nombre y letras de luces y colores.
Después, la mayoría, todos los que se dedican a esto lo saben, se van apagando sus luces, van al purgatorio, algunos renacen, después de cincuenta o cien años, otros, se van callando más en el silencio, como los sedimentos. Pero esto pasa en todo, también en el terreno de los grandes empresarios, no pondré nombres, que hace cuatro décadas todos hablaban de ellos, y, ahora están en ese purgatorio, ocurre en los políticos, ocurre en todo y en todos...
Somos observadores, pensadores, escritores casi todos los seres humanos. Escribimos palabras cuándo hablamos, otros además en papeles o corazones de ordenadores. Todos somos utilizadores de la lengua. Pero unos saben que utilizan las tres dimensiones o tipos de la lengua existente, otros, solo alguno de ellos. Inventamos palabras, inventamos frases, cambiamos palabras, cambiamos frases. Para intentar encontrar el corazón del corazón de las cosas y de los hombres.
Un día quizás el lenguaje oral natural de palabras sea superado. Pero de momento, se considera con el fuego, la rueda, el ser bípedos, crear el Estado, y, tener alma, entre otros, como las grandes invenciones y realizaciones y descripciones o descubrimientos esenciales de lo humano.