Expediente: Salinas Dolores
Rememoro con cariño mi primera investigación paranormal en Salinas Dolores, un hito en mi trayectoria, ya que marcó mi primera incursión en un lugar abandonado. Esta experiencia fue la segunda de mi carrera y, como mencioné en el expediente anterior; parados por la pandemia; retomé con muchas ganas este fascinante mundo que había dejado en pausa durante mucho tiempo.
Acompañado por mi primer grupo de investigación paranormal, bautizado como "Aventuras Gaditanas Paranormales"; o simplemente AGP; nos sumergimos en la tarea con entusiasmo y, admito, con cierto temor. La distinción entre la caída de la noche en un lugar habitado, como mi primer caso, y en uno abandonado en medio de la nada, como Salinas Dolores, se hizo evidente. Este enclave, ubicado entre San Fernando y Cádiz, carecía de cualquier núcleo urbano cercano, dejándonos a merced de la oscuridad estrellada.
Este rincón desolado se convirtió en mi lugar favorito, dado mi conocimiento previo gracias a mi libro "San Fernando paranormal". Las leyendas que la rodeaban, como la de la juguetona niña y el anciano ahorcado, despertaban mi curiosidad.
Por otro lado, este era mi segundo caso y estaba muy distanciado del primero. Así que nuevamente me propuse aprender de mi veterano compañero, y poner en práctica lo poco que sabía. Recuerdo como anécdota, aun estando el sol en el cielo, y recién entrado en la casa salinera, iniciar una sesión de psicofonía con dos compañeras preguntando en voz alta si había alguien ahí. Para nuestra sorpresa, una voz respondió que sí y los tres nos quedamos perplejos; para al final descubrir que era un fotógrafo que andaba por esos lares y simplemente respondió a la pregunta con algo de burla.
A pesar de las expectativas elevadas, no presencié ningún indicio, ni siquiera mi péndulo, que solía usar en aquel 2020, mostró movimiento alguno. Sin embargo, debo reconocer que finalmente experimenté algo inexplicable.
Durante mi primer aislamiento en el lugar; técnica que te invita a quedarte solo en completa oscuridad; en medio de un silencio absoluto, alguien respondió a mis preguntas mediante un raps, ese peculiar fenómeno de tres golpes seguidos. Para sorpresa, una enorme piedra se lanzó a mis pies, rodando desde una esquina de la habitación vacía. Imaginen la sensación de escuchar tres golpes en las paredes de piedra ostionera de las salinas y observar cómo una piedra llega rodando desde la nada. Aunque inicialmente pensé que se trataba de una broma de mis compañeros, la realidad demostró lo contrario.
Reconozco que la intriga y la adrenalina me llevaron a salir corriendo en ese momento, sin sospechar que aquella misteriosa experiencia sería solo el inicio de una serie de fenómenos inexplicables que seguirían marcando mi camino en el fascinante mundo de lo paranormal. Salinas Dolores, con sus leyendas y sus secretos, se convirtió en un lugar donde la realidad y lo sobrenatural se entrelazaron de una manera inolvidable.
Este tipo de prueba se realizó no siendo muy tarde, pero como el compañero experto se marchaba con la que entonces era su respectiva pareja, dejando a una amiga mía novata en esto, a mi novia del momento que tampoco sabía mucho, y a mí que todavía andaba perdido. Si le añadimos, que el noventa por ciento de los aparatos eran del compañero veterano y su pareja… Seguir allí los tres restantes no tenía sentido.
No obstante, siendo mi lugar fetiche, volvería en un futuro muchas veces más. En algunas ocasiones, agrandando mi conocimiento paranormal sobre esa inquietante salina; anclada en el tiempo; entre dos ciudades.
Richard Stine