Publicado el: Vie, 9 Jul, 2021
Opinión

La vida a veces es tan paranormal

Foto. Pixabay. Representación de los que realmente son libres.

No hay que irse muy lejos, o adentrarse en la tenebrosa noche, para encontrarte de lleno con el mundo paranormal. En nuestro día a día, nuestras repetitivas vidas, es en esencia, algo sin explicación alguna.

¿Creemos en el destino? O por el contrario, ¿todo está por decidir? ¿Es libre un preso? ¿Es un oficinista libre? ¿Realmente podrías tomar tus maletas e irte de tu hogar sin tener que dar explicaciones a nadie? Si hiciéramos eso, ¿realmente es porque hemos sido libres a tomar dicha acción, o porque todo estaba decidido desde el día en que nacimos?

Son muchas preguntas, y pocas respuestas, en esta gran paradoja que es nuestra vida. Te pones a pensar, todo son sucesiones mecanizadas una tras otra que se repiten día a día, hasta que llegan nuestras vacaciones; o el paro; y hacemos una similitud de lo de siempre. Un pequeño viaje al pueblo, o costa, a desconectar, mientras me tumbo a tomar el sol y a que me lo hagan todo. ¿O quizás te sientes más especial porque eres más de viajes largos para “descubrir” mundo?

Lo paranormal es, que en la conciencia colectiva, se acepte que nuestras vidas ya están preestablecidas. Naces, creces, estudias, buscas empleo, trabajabas y te mueres. En algunos casos puedes reproducirte, siempre y cuando tengas la suerte, ¿o tal vez destino?, de encontrar a la pareja ideal. O bien, si no quieres; o puedes pero no te apetece; tener hijos. ¿Lo has decidido tú? ¿Se decide llevar una vida consagrada a un dios? ¿Se decide ser homosexual en un país donde no se permite a este tipo de parejas tener hijos? ¿Se decide no tener hijos pudiendo tenerlos? Seguramente, todo estaba escrito, pues así nacimos.

¿Pero dónde se escribe eso? ¿Quién lo escribe? La sociedad capitalista dirán algunos, un ser divino dirán otros, el daño que ha hecho la trilogía de “Matrix” comentarán los más frikis. Una gran incógnita que supera a cualquier leyenda, o mito, que pueda existir deambulando por las calles más recónditas de la ciudad más turbia.

¿Quién estuvo antes, el impulso o el deseo? ¿Puede ser que el alma decida sobre el cuerpo material, y que una vez adquirido el conocimiento, deje atrás ese amasijo de carne y huesos? Esto no explicaría por qué muchos infantes mueren, o por qué se permite la masacre de almas tan puras sin tener en cuenta su edad. ¿Las cosas del destino?

Si te pones a meditar desde tu sillón el camino recorrido, y estableces lo que has decidido hacer por tu propia cuenta y lo que no, descartarás muchas cosas. Tras ese primer baremo, piensa en qué cosas que has hecho por tu propia cuenta que no han sido ideas impuestas por lo que te rodea; llámese costumbre, ciclo vital, influjo social, ego… ¿Te queda algo que ciertamente es propio? Seguramente estamos ante la teoría del libre albedrío, pero muchos detractores insisten que tal estado es solamente pura fantasía dentro de los cánones que el destino ya nos tiene dicho.

Y al final de todo esto es cuando te das cuenta del gran significado que tiene la frase: “Por fin descansa en paz”. Existe otra versión: “Ahora se encuentra en un lugar mejor”. Posiblemente, esas almas que vagan por nuestra tierra, son las que por fin han escapado del yugo del destino. Ahora son realmente libres para asustar, aparecerse, manifestarse; o simplemente trascender a un plano astral para descansar por toda la eternidad. Y nosotros, con nuestras ansiedades, preocupaciones, dolores y miserias, recorriendo los caminos, cual hámster en una jaula, que nos imponen los empresarios… ¿O tal vez el destino?

Richard Stine

Sobre el autor

- Aficionado del mundo paranormal

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