Publicado el: Jue, 22 Jul, 2021
Opinión

¿Dónde pueden estar que no estorben?

El pasado 19 de julio fue publicado un artículo sobre La ocupación de parte del paseo de Carlos III de Cádiz por una persona sin hogar. En este artículo se dice textualmente: “las personas sin hogar siguen extendiéndose por la ciudad por otros puntos a los que tradicionalmente han utilizado”.

La expresión, a nuestro entender desafortunada, parece hacer alusión a las personas sin hogar como si fuesen una plaga que se expande sin control.

Esto ocurre tras el desalojo de personas sin hogar que el Ayuntamiento realizó en los lugares donde estas se encontraban, como: Plaza Capuchino, Santa Bárbara, Plaza Macias Rete, Plaza de la Flores, Candelaria y cerramiento de la bóveda de las puertas de Tierra.

A su vez, el Ayuntamiento dio orden a la Policía Local para “que se intensificara la vigilancia con los sin techos en los lugares en donde se producía una mayor concentración de los mismos”.

Ningún ser humano debería verse obligado a vivir en la calle. Por este motivo, es difícil comprender la actuación municipal, procediéndose al desalojo de las personas sin hogar de los distintos lugares en los que se encontraban, sin ofrecerles una alternativa donde puedan permanecer sin miedo a ser de nuevo desalojadas, ya que, como es fácil de comprender, la gente no puede desaparecer sin más, ni disolverse en el aire como el éter.

Según los datos que se manejan desde instancias municipales, el número de personas sin hogar en Cádiz se encuentra en torno a 120, mientras que las plazas de albergue municipal y privado son alrededor de treinta, evidenciándose la manifiesta insuficiencia de recursos de alojamiento.

Finalmente, quisiéramos llamar la atención sobre algunas de las últimas publicaciones que desde diversos medios se han realizado referidas a las personas sin hogar, ya que podrían incitar al rechazo, la aversión, el temor y el desprecio hacia el pobre: aporofobia, término que ha sido incluido recientemente como agravante dentro del Código Penal.

El sinhogarismo es la forma más extrema de exclusión. Ojala un día existan recursos habitacionales para que desaparezca esta forma de marginación social.

 

Milagrosa Fernandez

Presidenta de la asociación personas sin hogar con derechos (PESHO-DE)

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