Foto. Toño Escandón.

“Tengo hecha una columna”

Trata del carnaval que nos viene, del futuro, de la incertidumbre ...

Pero vengo de la caleta, de renacer en sus aguas, cálidas como los abrazos de mis padres, de limpiar mis penas, entre botes y pateras, mecidos en las olas, y de nuevo mi alma vuela.

Me lleva a comprender en tiempos oscuros, porqué mi tierra, es inmortal, al igual que sus gentes. Mi columna queda en el olvido, mientras la brisa del noroeste aclara mi mente. “Que por una cosita mala” toda mi gente, mis hermanos, mis paisanos, ilumináis mi mente, para comprender que es la filosofía de una vida plena, más allá de miedos, virus, y libertad encarcelada. Es la pureza del ser humano arrojándose al mar, cuando siente calor. Es olvidar, que te cortan la luz, y que vienen dos de agua. Es olvidar que luchar por lo tuyo en el dique, va a llevar a un cierre patronal, cobarde y sesgado, por luchar por la dignidad.

Es, el poniente llevándose el miedo al día después. Es bañarte en las cenizas de tus seres queridos al refugio del sol de agosto. El olvidar por un momento, los asintomáticos, los Erte, el miedo a no tener que hervir la olla.

Son las coplas que sonarán, entre censura, quien sabe si impuesta por la sabia madre tierra, o, las multinacionales, que solo anhelan el dinero, que se llevarán, a la otra vida

“Hay a tu lado mil cosas buenas” las coplas sonarán y lucharán por lo nuestro.

Quizás alejadas del rojo telón, tal vez, furtivas, entre cuatro gatos. Es mi gente, al arrullo de la vida, no mas allá, de sus fronteras, es la vida misma, abriéndose paso entre calichas y humedad, frente al virus. Es el plato de potaje para todos, de los que no tienen nada. Es afrontar los males, y la enfermedad, con la luz de las almas de mi tierra.

Es luchar hasta el final, aunque una cosita mala nos lleve… o un virus…o, el olvido de gobernantes que nos dieron un día la espalda.

La copla eterna, entre la bola del balneario, y la cortadura hermana de la provincia, donde a pecho descubierto, se tiraban los chavalotes.

Es la suerte de llenar el alma, en tiempos sombríos, con una tierra y una filosofía de vida, que ilumina tinieblas, aunque nos lleve al final una cosita mala.

”La maldición de la lapa negra”