Revivir el espíritu de Don Carnal
Desde el 2012 el carnaval isleño se trasladó a la Plaza del Rey, dejando de lado la Plazoleta de las Vacas, el Parque Almirante Laulhé, peñas y otros enclaves de la ciudad.
Al principio tuvo muchas críticas, más de las que tiene hoy en día. Cosa que nos enseña que si nuestro consistorio quiere algo, nos lo va a dar hasta que nos acabe gustando, o nos acabamos acostumbrando.
Este año se ha comprobado que el pueblo no rechaza la idea de un carnaval concentrado en un punto, incluso se ha visto la presencia de visitantes de otras ciudades. Quizás, aunque no nos guste a algunos, la fórmula funciona.
El carnavalero de hoy en día no es ese al que le gusta ir detrás de las agrupaciones, moverse por las calles, visitar las peñas donde tuvieron origen muchas comparsas y chirigotas, buscar a su autor favorito, ni pillar sitio en una esquina para escuchar a un romancero. El carnavalero de hoy en día le gusta sentarse en una terraza de bar cerca de un escenario, que las agrupaciones vayan pasando y otorgarle el silencio a quien ellos consideren.
Los tiempos van cambiando y la cultura va de la mano. ¿Esta fórmula tan centrista hubiera funcionado en otros tiempos? Hoy se practica también en otros municipios de la bahía gaditana como son Puerto Real, o Chiclana. Instalan una carpa municipal, o un escenario, y toda la actividad gira entorno a ese punto.
Le quita esa gracia de aventuras al carnaval, pero es más efectiva a la hora de contabilizar asistencia. Algo queda de vidilla en ciertos bares isleños y algunas asociaciones vecinales, pero no es la chispa que existía en antaño.
Lo que sí es cierto es que se está reviviendo el espíritu de Don Carnal en San Fernando, salvando las distancias con la capital de estas fiestas. Aún queda muchísimo por hacer, pero la ciudadanía está acostumbrada, y espera, estas fechas para irse a su Plaza del Rey a escuchar la voz de la calle y pasarlo bien tras un disfraz.
Ahora toca ver si desde el Ayuntamiento mueven ficha y apuestan por algo más grande y digno. Por colocar escenarios en otras barriadas, por incentivar a las agrupaciones carnavalescas a que actúen por otros lados, expandiendo así la vida a otros rincones isleños. Que tengamos que movernos para ver a una agrupación desde la zona de las palmeras hasta el barrio de la bazán. Que podamos degustar unas coplas frente al mar en la Casería o frente a los esteros en su larga avenida. Volver a ver la Plazoleta de las Vacas con vida en su fiesta más grande.
Tal vez sueñe mucho, pero los sueños son gratis … de momento.