El efecto del nuevo
Hoy quiero escribir sobre el “efecto del nuevo”, o así me gusta a mí denominarlo para poder entender lo que está ocurriendo en los medios de comunicación, en las redes sociales y en los corrillos de nuestro barrio.
El “efecto del nuevo” es aquél miedo irracional que sufre el votante medio al ver como una fuerza política distinta a lo habitual llega a conseguir una representación curiosa en las cámaras del país.
Ese “efecto del nuevo”, por lo que sea, no le ocurre a cualquier partido. UPyD estuvo en la mente de todos, pero jamás llegó a irrumpir tan fuerte en ningún rincón del país. Otras coaliciones autonómicas suelen quedarse en el intento.
Sin embargo, Podemos rompió todos los esquemas en las europeas del 2014 y llegó a tener una repercusión mediática por lo rompedor que parecía ser y su programa tan estrafalario. Nos iban a meter en un gobierno comunista, iban a rodar cabezas de reyes, los pobres saldrían de su miseria, los bancos perderían las casas y todos viviríamos sin dar ni golpe.
Obviamente, por mucho miedo que desató esa vida tan roja, y los ríos de tinta que corrieron desde todos lados, nada de eso ocurrió. Lo único que pasó fue que Pablo Iglesias se paseó por todos los platós de televisión encarándose con todos los políticos del PP, PSOE y quién se le pusiera por delante, llamando a todos “casta” y soltando desfachatez allá a donde fuera.
¿Y qué ocurre ahora? Pues que en Diciembre de 2018 aparece Vox y hace exactamente lo mismo, pero desde el bando opuesto a los morados. En España se echará a los inmigrantes, los transexuales no tendrán ayudas para operarse por la seguridad social, las mujeres perderán derechos… Y como les pasó a Podemos, nada de eso ocurrirá.
Ya estamos viendo, y tan sólo ha pasado un mes desde las elecciones andaluzas, que Santiago Abascal se está hartando de decir sandeces por los medios de comunicación, llamando la atención como en su día hizo Pablo Iglesias.
Lo que está quedando claro es que por muchas siglas que aparezcan en nuestro panorama nacional, al final la batalla se decide en un lado o en el otro. Podemos acabó uniéndose a IU para coger fuerzas y pactando con el PSOE. Por su parte, PP y Ciudadanos van de la manita, y ahora se les añade Vox.
¿Y el votante español? Pues esperemos que para la próxima ocasión se despierte y vote. Yo con eso, me conformo.