Uno va entrando en años y cada vez cuesta más salir de la zona de confort de los grupos de siempre, los estilos de toda la vida y más vale viejo conocido que nuevo por conocer. Pero tengo “un problema”, trabajo con niños y adolescentes, así que constantemente estoy recibiendo grupos nuevos e “innovadores”.

Pongo entre comillas lo de innovadores porque así hemos pensado todos en nuestra época juvenil al encontrar nuestros estilos musicales, hasta que al final te das cuenta que todo está inventado. Una cosilla te entra por el cuerpo al reproducir en los auriculares los temas que has encontrado en la red de tu cantante favorito, y con el paso del tiempo descubres a una antigua banda que hizo lo mismo.

En este caso, me entra la risilla al recordar como una de esas adolescentes me enseñó un grupo de K-pop; pop coreano; llamado “BTS” y me contaba, emocionada, lo buenísimos, innovadores e increíbles que son. En mi adolescencia pensaba lo mismo de “Girl´s Day” y de “Big Bang”, ambos grupos también de Corea del Sur del mismo estilo.

Hago este artículo, no para demostrar lo carcamal que puedo llegar a ser, o para criticar las ilusiones de los nuevos oyentes que irán descubriendo la infinidad de bandas y cantantes que hay en el amplio universo musical. Si escribo esto es porque quiero romper una lanza a favor de este grupo, y tantos otros, que escriben temas sin entrar en lo sexual, lo banal y con letras que pueden llegar a ofender a las mujeres, o los hombres que no siguen los patrones del guerrero.

Analizando que “BTS”, al igual que otros grupos, buscan el atraer a sus fans a través del físico de sus cantantes y raperos, tienen letras que no ofenden a nadie y ayudan a su público a ver el lado positivo de la vida y a autosuperarse de las críticas que puedan sufrir.

Hoy en día, encontrarte en pleno panorama comercial a artistas que no venden sexo a través de música a un público infantil es de agradecer. Por eso el título del artículo es que Korea pega fuerte, ya que la mayoría del panorama actual de su música no tiene mensajes vacíos y faltos de ética.

Este país asiático, que sólo existe en nuestras vidas cuando su vecina del norte la lía, tiene muchos que enseñarnos. Es capaz de sacar adelante a jóvenes y ponerlos en primera línea de ventas a nivel mundial, y encima cada vez más abierto a colaborar con artistas de otros países y estilos.

No voy a tirar a la basura nuestro producto nacional, pues también existen grandes grupos con mensajes de verdad, pero por desgracia no cuentan mucho con el beneplácito de las grandes marcas. Es difícil pensar, al menos hoy en día, que una gran multinacional apueste por un grupo que mezcle rap y pop. Existen discográficas especializadas en rap, pero cuesta que los grandes medios les den un espacio sin criticar al rap como un estilo grosero.

Nos queda mucho, y aviso que existen grandes jóvenes raperos españoles como “Blake”, “Hard GZ”, “Blon”, “Anier”, entre otros, que no caen en lo fácil y hacen buenas letras. Pero claro, en España parece que vende más el “Polvorrón” de Leticia que un buen tema de verdad.