Wismichu, ¿un genio?
Como aficionado al mundo youtuber que soy, sigo a varios creadores de contenido online, y me gustaría opinar sobre la polémica generada por Wismichu en el evento de Sitges con su “película” Bocadillo.
He dejado pasar el tema porque estaba todo muy candente. Me gusta dar tiempo para ver el asunto con perspectiva y escuchar a todas las partes implicadas en el asunto, desde aficionados hasta el propio protagonista.
Si una de las cosas que quería este artista era llamar la atención, lo ha conseguido. Muchos medios se han hecho eco del supuesto fraude y ha sido tendencia en las redes sociales durante varios días. La pólvora ha corrido por todos lados, aunque a veces mintiendo más que informando.
Para el que esté un poco perdido os pongo en situación con rapidez. Un youtuber español muy seguido promocionó su primera película en su canal y en varios medios de información. El estreno fue en el gran festival de Sitges de 2018 y el filme se titulaba Bocadillo.
Resultó que la sala abarrotada de fans y de curiosos que pagaron una entrada, cuatro euros, más desplazamientos y demás para los que no eran de la zona, se encontraron con una película que lo único que hacía era repetir hasta la saciedad una misma situación donde una persona pedía a un camarero un bocadillo vegetariano.
La sala estalló sintiéndose timada y Wismichu desde las redes sociales se alegró al ver la reacción de su público diciendo que el cine está más vivo que nunca. ¿Era una broma de mal gusto? ¿Experimento social? ¿Una paparrucha?
Después de varios días de revuelos y noticias, el youtuber en cuestión aclara en un vídeo sus verdaderas intenciones. Por un lado nos dice que esa no es su película, que está preparando una película documental donde la reacción en el festival fue grabado para demostrar una teoría que él baraja. Por otro lado que él dio pistas varias veces para que la gente supiera que lo de Bocadillo era una trampa. Asimismo su teoría es que audiencia, más industria y prensa convierte a las personas en seres incuestionables. Por último, que por ser una persona influyente las puertas del festival, y otras más, se abrieron sin analizar su producto.
A priori el mensaje es bueno pero los métodos, para mí opinión, son una cagada. Ha sido todo un poco maquiavélico y ha perdido mucha credibilidad, seguidores, respeto y quizás se ha pasado al bando que él tanto criticaba.
Es cierto que si tienes un padrino, o tienes un nombre, muchas oportunidades se te abren, y creo que este punto todos tus seguidores lo saben, no son tontos.
Centrándonos en la excusa de: “soy un youtuber y los medios no me toman en serio”. Ahora sí que puede que no le tome en serio nadie, puesto que ha sacrificado su credibilidad en ese experimento social. Quizás hay muchos periodistas que aún miran por encima del hombro a la nueva generación de creadores de contenido, pero otros tantos se han ganado el respeto trabajando y no haciendo estas cosas.
Asimismo, hay que tener en cuenta que la media de edad del público de Wismichu es muy joven. Dudo que nadie de sus fans analice sus vídeos buscando pruebas o mensajes ocultos. Es más, dudo que nadie en su sano juicio haga eso. Así que eso de llamar a su gente “tonta”, que aunque no usa esas palabras lo intuye, por no captar sus mensajes es de egocentrista. Y aunque dice que va a intentar recompensar a los suyos, y que el dinero de las entradas fue íntegro para el festival, veremos que se saca de la manga.
Matizando en el asunto del evento, con el bombo que le dio al tema y moviéndose tan bien en Internet como artista originario de la misma, ¿no pudo publicar su vídeo en Youtube? El efecto hubiera sido el mismo, ya que si los medios tanto se ríen de los youtubers hubieran atacado al vídeo como de costumbre y sus fans hubieran picado, ardiendo las redes sociales con similitud. Es más, al ser online y gratuito más gente lo hubiera visto y si quiere hacer un documental de las reacciones los comentarios hubieran volado por todas partes.
Al final del video de aclaración deja claro que se alegra de que la gente no se fie de él porque eso es lo que él buscaba, que abriéramos los ojos y no nos dejáramos llevar por nadie. Creo que aquí vuelve a equivocarse, ya que lleva un gran tiempo autocriticándose y mostrándose como un chaval con valores. Ahora que le ha dado un “palo” a los suyos, puede ser que esa imagen que se había estado labrando se pierda y acabe siendo otro más.
Yo jamás he estado delante de una cámara grabando vídeos para tantos consumidores y nunca sentiré lo que ellos sienten, esa responsabilidad y todo lo que conlleva. Por eso mismo, jugar así con un público, y más sabiendo que es un público joven que viene principalmente a divertirse, no a aprender, este experimento ha estado demás. Es como si coges a Auronplay y lo pones a hablar de fútbol, o al difunto Pepe Mediavilla a comentar vídeos de música, o a Dross a narrar cuentos de hadas.