Beneficios de Pilates para personas con cáncer
Cuando se habla de las virtudes de practicar el método Pilates, son numerosos los beneficios que se le aportan. A veces puede parecer no creíble si no lo has practicado pero además de ser numerosos son ciertos. Vamos a ver algunos de estos beneficios de Pilates:
- Fortalecimiento de la musculatura, la mente y el cuerpo.
- Aumento de la flexibilidad articular. La consecuencia más directa es una mejora de los movimientos y de las articulaciones. Además reduce drásticamente la posibilidad de lesiones en el sistema músculo-esquelético en la práctica de actividad física.
- Salud e higiene postural: corrige la postura, disminuyendo los dolores de cuello, espalda y zona lumbar. Con ello se refuerza la tonificación muscular de la zona abdominal, glúteos y la espalda. La educación postural es esencial en la práctica del Pilates. Así, mejora la alineación postural y corrige hábitos posturales incorrectos.
- Mejora la fuerza, la concentración, la respiración, la postura y la conciencia de nuestro propio.
- Mejora el tono muscular ya que fortalece y tonifica el cuerpo de forma natural.
- A través de la respiración y la concentración, se logra llegar a un estado de relajación de todo el cuerpo. El efecto inmediato es la eliminación del estrés y tensiones musculares.
- Se trabaja con el Power- House así como la integración y control cuerpo-mente. Uno de sus consecuencias es el aumento de la autoestima y el conocimiento del propio cuerpo, logrando el bienestar generalizado.
- Por último, y no menos importante, aporta gran vitalidad y fuerza que permite minimizar un esfuerzo imperativo en la realización de tareas cotidianas o en la realización de ejercicio físico.
¿Puede Pilates ayudar en procesos de cáncer?
Pilates es un sistema de acondicionamiento físico de bajo impacto que consiste en una serie de ejercicios que desarrollan la fuerza del cuerpo, flexibilidad y control. Los ejercicios de Pilates se pueden modificar fácilmente para adaptarse a las limitaciones y capacidades de los practicantes. Tiene sentido, entonces, que Pilates puede ser utilizado como una parte importante de mantener el bienestar de las personas que sufren tratamientos contra el cáncer, o los que están en recuperación del cáncer.
El ejercicio en general ha demostrado ser beneficioso para los pacientes con cáncer sometidos a tratamiento y en la recuperación. Sin embargo, determinadas disciplinas deportivas pueden tener un impacto demasiado alto en el organismo de aquellos que sufren de fatiga y debilidad muscular como efecto secundario. Pilates es una opción viable para los pacientes con cáncer, ya que es de bajo impacto y las características de los ejercicios se pueden modificar fácilmente para adaptarse a las necesidades y capacidades del paciente.
Pilates puede ser una poderosa ayuda a personas con cáncer en cualquier fase del tratamiento, sintiendo desde las primeras sesiones de ejercicio una ligera sensación de bienestar. Los pacientes que actualmente reciben quimioterapia pueden experimentar un impulso de energía, puede ayudar a los pacientes a sentirse más fuertes, tienen una mejor circulación, y por lo menos puede ayudar a aliviar el estrés del tratamiento y la recuperación.
Pilates y el cáncer de mama
En el caso de las mujeres que han padecido un cáncer de mama, Pilates les ayuda a recuperar la movilidad, así como a evitar la aparición del linfedema, que es la hinchazón del músculo donde han sido intervenidas. La práctica de Pilates en estas mujeres tiene estos efectos tan positivos:
- Es perfecto para retomar la práctica de ejercicio por adaptarse a cualquier etapa de la enfermedad.
- Es importante practicarlo para reconectar el cuerpo y la mente a través de sus movimientos, aliviando las tensiones y el estrés.
- Ayuda a prevenir la osteoporosis que suele aparecer con mayor probabilidad en personas que han padecido esta enfermedad.
El pilates, o método Pilates, está considerado como una actividad fácil de practicar y que reporta beneficios físicos y emocionales. Beneficios entre los que se incluye el ser un buen aliado tras una cirugía de cáncer de mama, uno de los tumores femeninos más frecuentes.
¿Cuándo empezar a hacer ejercicio después de una cirugía?
Después de una operación es conviene dejar pasar un tiempo prudencial después de la retirada de los puntos, sobre todo si la zona está dolorida e inflamada. Los especialistas recomiendan dejar pasar un mes, aunque depende de cada caso. El ejercicio suave ayuda a mejorar la calidad de vida de las pacientes tras una intervención oncológica. Durante el proceso de recuperación física, en el caso del cáncer de mama, es importante además reducir los riesgos del linfedema, inflamación del brazo del lado en el que se ha realizado la cirugía y que puede mermar su funcionalidad. Un trastorno asociado que puede disminuir la movilidad del brazo, mermando su capacidad para realizar actos cotidianos como el peinarse o abrocharse una prenda. El método Pilates no causa dolor y se puede practicar de manera relajada adaptando los ejercicios al estado físico y anímico de cada paciente, tal y como avala el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama. Practicar Pilates es una terapia postoperatoria que, entre otros beneficios:
- Ayuda a reducir la fatiga.
- Controlar mejor el dolor.
- Recuperar la movilidad de los brazos y hombros.
- Mejorar el equilibrio corporal.
- Mejorar el bienestar psicológico de la paciente tras el diagnóstico e intervención de un cáncer de mama.
- El ejercicio físico reporta energía positiva.
Pilates y equilibrio emocional
El tratamiento del cáncer de mama tiene un fuerte impacto sobre la imagen y la feminidad de las pacientes. El ejercicio físico y, en este caso el Pilates, ayuda a mejorar la percepción de la imagen, al tiempo que al ser una técnica se practica en grupo fomenta los lazos entre las mujeres como un apoyo para superar los obstáculos emocionales que conlleva esta enfermedad.
Fuente: Asociación de mujeres contra el cáncer